La dichosa pandemia puso de manifiesto algunas realidades que, quizá sospechábamos, pero que no habíamos sufrido en nuestras carnes. Se dice que China es la fábrica del mundo, el gigantesco país asiático produce de todo, desde semiconductores hasta mascarillas. Parafraseando a Warren Buffett: “cuando bajó la marea se vio quienes estaban nadando desnudos…”. La triste realidad fue comprobar que Europa estaba en muchos aspectos en bolas. Para empezar nadie, o casi nadie, fabricaba en el Viejo Continente mascarillas…
Otra dependencia estratégica que tiene Europa frente a Asia es la fabricación de semiconductores, piezas vitales tanto para un móvil como para un avión, y buena parte de las máquinas que hay entre medias, ya sean TV, aparatos médicos o motos… Los franceses, que suelen ser bastantes celosos de su independencia, han decidido invertir 5700 millones de euros en montar una fábrica de semiconductores. Puede que a primera vista parezca que eso no tiene nada que ver con las motos, pero la realidad es que cada vez más los vehículos son ordenadores con ruedas. Para que funcionen hacen falta semiconductores.
Europa invierte en el futuro
El sector de la automoción, incluido el de la moto, se vio afectado durante la pandemia por la crisis de los semiconductores. La cadena de suministro quedó rota y varias marcas debieron tomar medidas drásticas al no poder fabricar, ni vender, sus modelos. La consecuencia más catastrófica fueron los despidos, aunque en otros casos se pudo capear el temporal con ERTES y medidas similares.
STMicroeletronics, una de las principales empresas de semiconductores del mundo, ha anunciado la firma de un acuerdo con GlobalFoundries Inc, otro líder del mercado, para la creación de una fábrica de semiconductores en Francia. Se espera que en 2026 esté a plena capacidad, produciendo 620 000 unidades al año. La planta francesa podrá abastecer la demanda europea e incluso de otras partes del mundo. Uno de los objetivos que se persigue es duplicar la actual capacidad de producción de semiconductores en el Viejo Continente. Aunque no se ha desvelado la cuantía, las dos compañías, STMicroeletronics y GlobalFoundries Inc, han declarado que cuentan con un “importante apoyo financiero del Estado francés”.
Dicen que lo importante no es equivocarse, sino ser capaz de no cometer dos veces el mismo error… Esperemos que los europeos aprendamos la lección y trabajemos por nuestra independencia, también en el aspecto tecnológico.
Average Rating