Montmeló asistió al suspenso general de MotoGP como campeonato mundial. Primer acto: tras la muerte de un piloto de Moto3 en Mugello, algunos de esos niños-piloto perpetraron maniobras irresponsables en carrera.
Los comisarios les leyeron la cartilla una vez más, pero: ¿quién les dará una buena colleja a ellos, por el inefable despropósito que protagonizaron, esos mismos jueces, al final de MotoGP?
Dejar acabar la carrera a Fabio Quartararo a pecho descubierto, para quitarle el podio (reglamento: bo) inmediatamente después fue un aquelarre propio del VAR futbolero; con un pequeño matiz: los pilotos se juegan la vida, además de los campeonatos.
Estos tres primeros párrafos los escribo porque no ha pasado nada, este domingo. Y es en este contexto cuando hay que levantar la voz. El día que la desgracia nos alcanza solamente queda cerrar filas y llorar juntos. Vamos con Marc Márquez.
Todos los tahúres de todos los casinos del mundo tienen un mantra metido en la cabeza, que siempre sacan a pasear cuando tienen que enfrentarse a una mala racha: paciencia; y a barajar.
Tres ceros seguidos. ¿Desastre total? No: pretemporada 2022. Hoy quiero recordar a la parroquia una de las coñas que le hacía Marc a Santi Hernández en las Ruas de Cervera: “¿Que la moto no va? ¡Pues a la grava!”.
No se lo tomen por el lado frívolo: es exactamente al revés. Marc Márquez está mejor de lo que parece. Mejor de lo que dice la tabla provisional de puntos. Y lo más importante de todo: mejor que Honda.
Si lo que está pasando Marc en estos momentos con su moto les parece una travesía del desierto, les refresco de nuevo la memoria con otro detalle: este es el primero de los cuatro años de contrato que tiene firmados con la fábrica del ala dorada.
Y la última para el recuerdo: tras la madre de todas sus caídas, a la sazón el palo del Gran Premio de España 2020, Marc Márquez se empeñó en explicarnos que esa traición del eje trasero se produjo cuando había dejado de ir a tope.
Conclusión: la Honda solamente se exprime yendo más allá de los límites (los de la moto y también los del piloto) y si acabas en la grava con ella por eso al menos tienes la garantía de que te arrastrarás “de delante” y no “por orejas”.
Mientras escribo escucho a Marc Márquez en los micrófonos de Dazn. Mirad en el Twitter del “Netflix de los deportes” y veréis: viene a decir que está bien consigo mismo. Y que mañana hay test; y todo lo demás.
Porque “todo lo demás” es lo de menos ahora. La clave es dónde está Marc. Y hoy lo tengo más claro que ayer: en el camino correcto. Aunque sea largo y, desde luego, en ningún caso pueda parecer fácil.
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