Hace unos años, si hubiéramos visto esta moto, habría sido como cuando en 1968 veíamos que en la película “2001: Odisea en el espacio” había gente que hacía videollamadas y nos parecía surrealista. Hoy las videollamadas las haces con nuestro móvil en cualquier momento, y quizá por ello esta Segway APEX H2, con motor eléctrico y alimentada por hidrógeno, no está tan lejos de acabar en nuestros garajes.
Y no estamos ante una invención sin futuro, sino que la Segway Apex H2 se ha podido reservar como parte de una campaña de crowdfunding llevada a cabo por la marca desde el 1 de abril de 2021, así que no está lejos de hacerse realidad. Sabemos que la Apex H2 no llegará hasta 2023, aún queda, pero también que su precio rondará los 9.000 euros, y eso no está nada mal.
Como puedes ver, la Segway Apex H2 luce el aspecto de una moto totalmente deportiva y completamente carenada. El basculante es monobrazo, vale, pero la suspensión delantera también, lo que nos hace acordarnos de la mítica Yamaha GTS 1000. El manillar está escondido y solo sobresalen los puños a cada lado del falso depósito. Delante, las luces LED dibujan un frontal bajo y detrás el colín sube y se eleva de forma afilada.
No hay muchos datos aún sobre ella, pero sí sabemos que la potencia es de 60 kW, que la velocidad máxima podrá alcanzar los 150 km/h y que la aceleración de 0 a 100 km/h rondará los 4 segundos. Y la gran virtud de esta moto no es que sea eléctrica, sino que lo que utiliza para alimentarse es Hidrógeno, almacenado en unas grandes pilas intercambiables que facilitan los repostajes, de manera que ganamos tiempo y comodidad.
¿El consumo? Pues según el fabricante la Apex H2 gasta 1 gramo de hidrógeno por kilómetro recorrido, pero lo que no sabemos aún es qué autonomía tendrá. Pero por lo que podemos ver, no parece que eso vaya a ser un gran problema. Las pilas de combustible almacenan el hidrógeno y se inyecta en unas células donde, al reaccionar con el oxígeno y mediante electrólisis, se producen electrones que alimentan un motor eléctrico, y el único residuo resultante es vapor de agua. Por lo que estamos ante un vehículo “cero emisiones”.
Sin duda estamos ante una apuesta arriesgada, lo de que las motos de hidrógeno se conviertan en realidad aún suena a utopía porque, si nos parecen escasos los puntos de recarga de vehículos eléctricos, de los puntos de recarga de hidrógeno mejor ya ni hablamos. Es una tecnología cara y costosa, y aunque Segway y Xiaomi sean capaces de ofrecer una moto revolucionariamente barata, mucho tiene que cambiar aún el panorama para que un día la podamos disfrutar. Pero si hoy llevamos en el bolsillo aparatos que hacen videollamadas, y eso un día nos pareció imposible, está claro que todo es cuestión de tiempo.
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