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0 Dicen que la imaginación no tiene límites y la verdad es que a veces el ser humano acomete empresas que a priori parecen imposibles. Un ejemplo puede ser nuestro protagonista, el australiano Ben Robertson que a su Honda CBR1000F de segunda generación (una moto considerada mítica por muchos) le está montando un propulsor del Honda Odyssey. Para quien no conozca este vehículo, se trata de una minivan muy popular en Estados Unidos. En la actualidad emplea un motor V6 de 3.471 cc capaz de entregar 280 CV a 6.000 rpm.
Para Ben Robertson esta aventura no es lo suficientemente complicada, ¡por lo que además le va a añadir un enorme turbo! El artesano australiano es un amante de los tatuajes y su pasión por la marca del ala dorada es más que evidente. Tanto es así que incluso lleva tatuada la palabra Civic en el cuello. Ahora, los amantes de las CBR1000F no sé si estarán muy contentos con cómo ha “amputado” el australiano su moto en algunas partes, sobre todo por detrás…
Honda CBR1000F dragster
El motor utilizado del modelo Honda Odyssey ha sido exactamente la versión K24 de 2.400 cc. Al que le está adaptando un turbo Garret. Los australianos tienen fama de ser tipos duros, que no se detienen ante las dificultades. Ben Robertson parece que se adapta a esta definición porque su objetivo es alcanzar 1.000 CV de potencia.
La Honda CBR1000F pesa en seco 249 kg y se estima que el motor le añadirá unos 100 kg más. Así que el conjunto quedará alrededor de los 349 kg. Con un peso relativamente pequeño y si se alcanzan los 1.000 CV perseguidos, la relación peso/potencia será de 2,8 CV por kg. Habrá que tener la mano bien templada para acelerar a tope con esta bestia (¡o ser australiano!).
“Se me ocurren algunas locuras. Mi intención es hacer cosas diferentes. Esta moto la estoy haciendo para la calle pero por supuesto ahora es candidata para las pruebas de dragsters”, explicó Ben Robertson. El australiano tiene un canal en YouTube llamado SNAIL TV (CARACOL TV) en el que va mostrando sus progresos.
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