Estados Unidos es otro mundo en muchos aspectos comparado con Europa. No solo puedes ir por la calle con un Colt 45 a lo John Wayne, sino que es posible circular casi con cualquier vehículo. De los 50 estados de la Unión, 19 permiten transitar por las vías públicas en coche con solo la matrícula trasera. Al otro lado del charco tampoco existe algo equiparable a la ITV. Parece cierto el cliché ese de: América, tierra de la libertad.
Poco a poco la fiesta podría llegar a su fin, al menos en el estado de Nueva York, donde viven casi 20 millones de personas. La gobernadora del estado, Kathy Hochul, ha firmado la ordenanza llamada SLEEP Act, lo que significa que se ha convertido en ley. No, SLEEP en este caso no significa dormir, sino que es el acrónimo de “Stop Loud and Excessive Exhaust Pollution” (alto a la contaminación por escapes muy ruidosos). La nueva ley no solo persigue a las motos chillonas, sino a todos los vehículos que sobrepasen un nivel de decibelios aceptable.
Nueva York prohíbe los escapes ruidosos
Las multas por este concepto solían ascender a 250 dólares (220 euros) y ahora podrán llegar a los 1000 dólares (882 euros). En la ley se especifica que “es ilegal vender o instalar un silenciador recortado o algo parecido para el sistema de escape de un vehículo a motor o motocicleta”. Cualquier tienda o taller que infrinja esta ley en tres ocasiones durante un periodo de 18 meses perderá su licencia para operar de cara al público.
En definitiva se prohíbe modificar el escape. Si se montase uno de la industria auxiliar, este no podrá ser más ruidoso que el original. Los modelos anteriores a 1979 quedan exentos. Aunque no se especifica el número de decibelios, la ley sí que aclara que se dotará a la policía de dispositivos para determinar los decibelios.
En Estados Unidos hay una facción que defiende el lema “loud pipes save lives” (los escapes ruidosos salvan vidas). Una afirmación que nos parece cuanto menos dudosa, basada en que cuando un coche no te ve, al menos puede oírte… ¿Dejaremos de ver (más bien oír) esas ruidosas Harley al otro lado del charco? Desde luego la gobernadora Hochul no parece estar muy por la labor de permitir escapes que hagan mucha más bulla.
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