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Las causas de accidentes de moto se pueden dividir en tres grandes grupos: las “externas” (el estado de la carretera o la meteorología), las “técnicas” (problemas mecánicos) y las debidas a fallos humanos, que son la inmensa mayoría (9 de cada 10). Para mejorar esto último, Honda creó en Japón hace 50 años su Traffic Safety Promotion Division, y desde hace 30 años funciona en España la Escuela de conducción segura de Honda. Allí fuimos para conocer de primera mano cómo ayudan a los motoristas a ser más seguros.
Honda Instituto de Seguridad
Hace 30 años, en 1992, se fundó la Escuela de Conducción Honda en las mismas instalaciones de la fábrica cercana a Barcelona (Santa Perpétua de la Mogoda). Esa Escuela evolucionó al Honda Instituto de Seguridad en 2009, con nada menos que 20.000 metros cuadrados dedicados. En esos 30 años han pasado por sus instalaciones más de 90.000 motoristas, y si incluimos los cursos externos, visitas a escuelas y demás, nos acercamos a casi 200.000 motoristas o futuros motoristas.
En estos años hemos podido seguir de cerca esta actividad, y todavía nos acordamos de cómo nos sorprendió en 1992 que una marca quisiera ir más allá de “vender motos” (o participar en competiciones). Honda no sólo busca ofrecer las motos más bonitas, rápidas, ágiles o cómodas, también busca que sean seguras y sobre todo que sus pilotos sean más seguros. Una tarea encomiable, y en la que han invertido no pocos recursos, en España y en todo el mundo.
Aprovechando este 30 aniversario, fuimos invitados a pasar una jornada experimentando en primera persona cómo se consigue que los participantes en estos cursos salgan de ellos siendo mejores motoristas: más seguros. Hay partes teóricas en las que, mediante charlas y vídeos, se transmite la experiencia de años montando en moto y salvando situaciones de riesgo, para que quien lo aprende “gane” esa experiencia sin tener que pasar por los sustos correspondientes.
Y en lo práctico pasamos por varias pruebas, en asfalto y sobre las pistas de tierra. En asfalto se aprende a manejar mejor la moto para convertirla en algo más ágil y que permita reaccionar ante imprevistos, y que vaya por donde queremos, no por donde ella “quiere”. Se aprende no sólo a mejorar el manejo en sí, sino a dónde debe ir la mirada para anticiparse. También cómo aprovechar los frenos lo mejor posible, cómo reacciona la moto cuando entra el ABS, para poder aprovechar la ventaja que esto nos ofrece sin que nos coja desprevenidos. Y, sobre la tierra, a controlar pesos, gas y motor deslizando el tren delantero o trasero, a sentir cómo se mueve la moto y cómo controlarla.
Saber anticiparse y ser capaz de controlar mejor nuestra moto es lo que diferencia a motoristas más seguros del resto, y la Escuela Honda consigue precisamente esto.
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