El análisis del pasado Gran Premio lo rematábamos con el anuncio del cambio (otra vez) del orden natural de las categorías: Moto3, Moto2 y MotoGP. Y lo feo que resultaba.
En realidad, es el síntoma de algo más profundo: el evidente trato de segunda que se le da a las categorías, sí, inferiores. En cilindrada. Y en seguridad.
Pedro Acosta dijo en la tele que la lluvia estaba presente desde la vuelta de calentamiento. Moto2 era la última carrera (vale: faltaba la Rookies Cup) y no pasaba nada parando la carrera. No se hizo.
Y el drama estuvo a punto de convertirse en tragedia. La “Segunda Guerra Mundial” lo llamó Arón Canet. Buen tipo; el más perjudicado de todos por ser el mejor (de nuevo) del fin de semana. Y el que se puede perder Jerez.
Las banderas de lluvia llevaban muchas vueltas ondeando. Y el reglamento es el que es. Eso dicen. Vale: todas las injusticias de la historia han obedecido a un determinado código.
Cuando las leyes carecen de sentido, los sistemas se deshacen como azucarillos. Y reactivar una carrera a siete vueltas con la mitad de la parrilla (los mejores de la parrilla) fuera de juego no tiene sentido.
Vamos con MotoGP. El espejismo al que me refiero en el titular no es el de Fabio: fue el de Marc Márquez en USA. Tenemos que asumir que esto es lo normal y lo de Austin la excepción. Y ojo que viene Jerez.
La foto (es Quartararo) refleja (con perdón) un Gran Premio para pasar página: dos días navegando para volver a seco el domingo. El Golfo de Cádiz, de Tarifa a Faro, es lo que tiene: “si llueve de poniente, suelta los bueyes y vente”.
Pero Fabio Quartararo fue el mejor y como el mejor (de la general) se va. Empatado al héroe moral de Portimao, oigan. Que lo hubo, como en COTA. Se llama Álex Rins y salía penúltimo de la parrilla.
Acabó cuarto. Está empatado a puntos con el líder de Yamaha (que pasará por caja para renovarle) pero queda detrás de Fabio porque aún no ha tocado pelo este año. Contrato firmará, por derecho propio.
Primera victoria de una moto japonesa, por cierto. Y Honda última en la clasificación de marcas, ojo. Detrás de Aprilia; otra que si no renueva a Aleix Espargaró ya está tardando.
Aleix se quejó de nuevo de Álex Márquez y a mí sólo se me ocurre pensar, además del derecho que tiene cualquier piloto a decir lo que le parezca: qué bien para la prensa que tenemos tíos dando juego además de gas.
Esto no para: nos vamos a Jerez. El Gran Premio de España será una fiesta y todos estamos invitados a celebrarla. Esperemos que los que mandan tengan más suerte y estén más acertados.
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