Y tal así fue que hasta Marc Márquez, cuarto después de pelear el podio y salvar el cero como en sus viejos tiempos, le dedicó su carrera a la afición: “ellos me han levantado cuando estaba en el suelo.”
Dos días antes sí cayó y lo recogió Dani Pedrosa, dando lugar a una de las imágenes de un Jerez que por fin respiró al Jerez de las grandes ocasiones. En la foto parece que se lleva a Marc a KTM.
Pecco Bagnaia nos dejó a todos con la boca abierta haciendo la pole del sábado, bajando medio segundo de golpe. Y repitió la faena el domingo, aguantando en cabeza de semáforo a bandera.
No fue una carrera aburrida: tuvo una tensión importante gracias a Pecco. Los planes de Fabio Quartararo eran peores: adelantar al italiano y largarse. Y la traca (doble) de Marc Márquez, después.
Tenemos dos vencedores secundarios que superaron a Marc y que no tendrán el mismo reconocimiento: Aleix Espargaró y el propio Fabio. Una carrera bestial del de Granollers esperando el error de Miller y Márquez; y 20 puntos de título para Quartararo. Aleix segundo provisional.
Ganaron, en cada carrera, los tres que hicieron pole. Pero eso no significa que las motos se parezcan a la F1. Triplete español en Moto3, himno de Japón en Moto2 con un Ogura con pie y medio en MotoGP, donde volvió, por fin, a ganar Pecco Baganaia.
En Moto3 un insolente Izan Guevara se ventiló a sus rivales por fuera en la curva del tío que patentó el término. La última del circuito; y de la carrera. Jorge Lorenzo, mallorquín como él, debió sonreír feliz.
El cinco veces campeón del mundo se pasó el Gran Premio de España así, con una sonrisa de oreja a oreja. Recibió su nombramiento de “Leyenda” por fin; un plan que venía retrasado desde 2020.
En Moto2 la victoria del japonés de moda de la categoría intermedia estuvo acompañada de un calvario para muchos pilotos españoles. Incluso el que acabó en el podio.
Arón Canet corrió recién operado del brazo. Y se subió al podio retorcido de dolor. Para todo el mundo fue el héroe de la jornada: para mí es un episodio más de falta de responsabilidad colectiva.
El segundo capítulo, de hecho; puesto que se trata del líder que se cayó en Portimao cuando una carrera que debía haberse detenido mucho antes se estiraba a ver si acababa de una vez.
Algún día (y sé que no muy lejano) los plazos federativos para regresar a la competición regularán estos dislates. Dato: el presidente de la FIM fue al corralito a ver cómo estaba Canet. Sabe que se arriesgaron demasiado.
Jerez volvió a ser Jerez por fin; el Gran Premio de España ya es historia. En quince días se corre en Le Mans y las carreras europeas irán cayendo como fichas dominó. Y los puntos de los mejores pilotos, también. La cuestión es que son cada vez más, no sólo los buenos: los candidatos a la gloria final.
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