Las Virago fueron la primera familia de custom con motor V-twin de la marca de los diapasones. La saga comenzó en 1981 con el modelo de 750, luego llegaron versiones de 500, 920, 981 y 1063 cc (XV1100). Más tarde fueron sustituidas por las V-Star y Road Star. La última Yamaha en llevar ese llamativo nombre fue la Virago 250 que a partir de 2008 pasó a llamarse V-Star 250.
En el mundo de la preparaciones la Yamaha XV1100 no ha sido muy utilizada, pese a que la configuración de bicilíndrico en V siempre es atractiva desde el punto de vista estilístico. Algo así debió pensar el artesano búlgaro Borislav Aleksov. Un hombre que no es ningún novato en este mundo porque antes ya había construido una café racer a partir de una Honda CX500.
Yamaha XV café racer
Borislav estaba fascinado con la bicilíndrica en V refrigerada por aire, así que cuando se enteró de que uno de sus amigos vendía una Yamaha XV1100 de 1992 no dejó pasar la oportunidad. El resultado lo puedes juzgar por ti mismo… Aunque quizá el este de Europa no sea la zona del mundo más famosa en cuanto a las personalizaciones. Lo cierto es que lo importante es el resultado y esta joya, que ganó el concurso Café Racer Fest Bulgaria 2021, pone de manifiesto que lo importante no es la procedencia, sino la imaginación y calidad del trabajo.
La moto que ves aquí ha salido en la página web de los compañeros de bikebrewers.com, quienes además actuaron de jueces en la competición disputada en Kyustendil (Bulgaria), donde se eligió a la mejor café racer del país. Borislav Aleksov tenía un reducido presupuesto (7500 euros) pero la falta de financiación la suplió con buen gusto e incontables horas de trabajo.
En el tren anterior vemos una horquilla de procedencia Suzuki GSX-R1100 montada sobre unas tijas de Aprilia RSV4. Las pinzas de freno de anclaje radial van firmadas por Tokico, mientras que un monoamortiguador de Yamaha FZ6 se encarga de mantener en orden el tren posterior. El V-twin va pintado en negro y abrazado por un escape dos en uno que es una de las señas de identidad de la café racer. Borislav pintó él mismo de color negro las llantas de radios y el depósito de procedencia Benelli. “Me gusta cómo ha quedado, la estética de la moto es lo contrario de una chopper. Fue increíble poder rodar con ella después de tres años de trabajo”, comentó el artesano sobre su creación.
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