Ha sido séptimo en Austin, igual que fue séptimo en Losail. Tras el “cero impune” de Termas, más de un traumatólogo (y más de dos) recomendaban el reposo absoluto hasta Jerez. Pero el criterio de dos médicos que son más moteros que galenos (Mir y Chartre) y el empuje de unos incondicionales seguidores del #26 que no han dejado de apoyarle, fueron más fuertes que el “supuesto” sentido común. El resto lo puso Dani Pedrosa; porque es el pilotazo que es y porque sabe que la superioridad de Honda este año hay que aprovecharla cada vez que se apague el semáforo de cada Gran Premio. Que queda mucho año (casi todo) por delante, oigan.
La gestión de todo el fin de semana ha sido una lección de sabiduría y experiencia de Pedrosa hacia los aficionados (agradecimientos en redes sociales) al equipo Honda en plena parrilla; e incluso, sus rivales. De largo, estoy convencido de ello, son los que más respeto le profesan y los que habrán alucinado con su carrera de este domingo en un trazado tan duro y en tan mal estado. Caídas como la de Crutchlow, que tiene la misma moto, o “naufragios” como el de Lorenzo, que el sábado se postulaba para pelear el podio, demuestran la dificultad de acabar así esta carrera, por aburrida que se haya empeñado en hacerla, y ganarla, Marc Márquez.
El Sheriff de Austin (y de esta temporada, me parece) ha corrido con rabia pero a la vez con cabeza; ha paseado la bandera de Hayden con barras y estrellas incluidas; y a pesar de ello ha sufrido la ira de los maleducados de turno que no le perdonan su “pecado original valentiniano” y le han abucheado sin piedad e insisto, sin educación. El de Cervera es más de titanio aún que Dani (por dentro y por fuera) y saca su mejor sonrisa, ironiza con el ruido que hay cuando tiene que hablar y lanza besos y guiños a la furibunda grada porque él ha hablado en la pista y eso le basta. Pero no “le Vale”. En lo más profundo de su oscuro corazón, estoy seguro de que a veces mira a la otra esquina de su garaje y a veces se pregunta cómo debe ser eso de llevar más de una década perdiendo en MotoGP (así se entienden ellos, parroquia) y recibiendo tanto cariño de la gente.
“Ha sido realmente duro, lo he pasado mal en carrera, pero estoy satisfecho de haberlo hecho. Hemos rascado unos puntos importantes. No tenía más fuerza, pero también tenía menos dolor. A final de carrera no podía con la moto. Esta es la mejor manera de devolver todo los mensajes de apoyo que he recibido”. Así ha hablado al micro de mi colega Carles Pérez de MovistarPlus. En el plató, un inmenso Aleix Espargaró (que denuncia la maniobra impune de Miller sobre Lorenzo) cuenta que se ha puesto a su lado y le ha aplaudido en la vuelta de honor; y Mamola se ha deshecho en elogios. Y ahora viene el GP de España, donde ganó el año pasado. Solamente Ángel Nieto, desde el cielo y con el homenaje que le haremos en la #Vuelta12+1, le ganará “en unanimidades” en la grada.
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