Todo se desató a lo largo de la tarde del sábado. El diario AS publicaba la “presunta noticia” de un “posible salto de Álex Márquez a MotoGP con el equipo Reale Avintia”. Además de la exageración de venderla como “notición” en las redes sociales, en el artículo se aventuraba la imprudente frase que aseguraba conocer las intenciones del piloto: “Acabe como acabe la temporada, el ilerdense no quiere quedarse más tiempo en Moto2”. Una afirmación sin fundamento, a no ser que el autor hubiera confundido un ilerdense por otro; en este caso, el manager de los Márquez, Emilio Alzamora.
Efectivamente, la auténtica ambición por subir a la clase reina al que seguirá siendo piloto de Moto2 ha sido de Emilio más que del propio Álex; puesto que el protagonista, y sobre todo el auténtico (y jerárquicamente ganado) jefe del clan de Cervera, Marc Márquez, tienen las cosas muy claras y muy sensatamente habladas hace tiempo. El de Honda vio empañada su fantástica pole teniendo que hablar de un tema que no le gusta nada; toda vez que es una cuestión familiar que ya había quedado prácticamente cerrada y pactada a lo largo de la semana del GP de Cataluña. Antes, Alzamora ya había tocado a la puerta del Pramac sin éxito; y de Cervera salió entonces la consigna de no marear más las opciones y dejar que Álex se concentre en triunfar en Moto2.
Marc se mostró incómodo diciendo que poco se podía hablar de eso y que su hermano, en Moto2, tiene un proyecto ganador. Que hay demasiada prisa de muchos por subir y luego es difícil bajar. Que la vida de un deportista es corta pero intensa y hay que alargarla todo lo que se pueda. Para “desengrasar” su evidente mal rollo, mencionó a Fabio Quartararo de ejemplo y como fichaje prácticamente hecho por el SIC Yamaha, diciendo que en esa fábrica los “Márquez no estamos muy bien vistos” en un tono socarrón que despertó las risas de los periodistas.
Como decimos, las conversaciones con otros equipos como la que ha trascendido ahora inflada en forma de “notición” han existido y son la cosa más normal del mundo. Pero analicemos este caso. El Reale Avintia tiene un piloto “de pago” belga que recibe el patrocinio para correr de una compañía que está sin fondos. Son los mismos que financiaban a Livio Loi, le dejaron tirado en el pago del segundo plazo de esta temporada y su equipo le bajó de la moto. Xavier Simeon no tendrá, pues, el millón de euros necesario para correr con una Ducati privada el año que viene. Por otra parte, tienen una opción muy avanzada con Lorenzo Baldassarri y Sky. Pero no van a hablar de pilotos aún porque todo sigue muy abierto en ese garaje. La realidad es que la no presunta, sino falsa noticia del As informaba de la existencia de unas conversaciones que aún no se habían producido, según confirman fuentes del propio equipo. Sencillamente, alguien filtró la noticia para provocar que la operación se abortara sin que el propietario del Avintia Raúl Romero y Emilio Alzamora se llegaran a sentar a negociar.
Curiosamente, antes de la publicación del As, también Álex Crivillé comentaba a Ernest Riveras en directo en MovistarPlus que había una posibilidad con una moto, “una Ducati” dijo, para su tocayo; a pesar del hecho ya conocido de la pérdida de dos motos (MVDS) para 2019. Ernest defendió lo que muchos sabíamos desde hace semanas: que Álex se queda en Moto2, por ahora. La sensatez del “Clan Márquez” gobernado por quien “tira del carro” con puño de acero en guante de seda, está por encima de los cantos de sirena y de las modas del mercado que meten prisa a algunos pilotos y despiertan la ambición económica a cualquier manager, que por otro lado y como es lógico, para eso trabajan. Ahora parece que, por fin, es un tema zanjado.
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