Las motos eléctricas suponen un asunto polémico entre los aficionados. Unos las ven como una especie de Anticristo que hay que exorcizar y otros piensan que es la consecuencia de la evolución tecnológica. Frente a aquellos que piensan que los modelos a pilas suponen el paraíso en la Tierra y los que creen que marcan el principio del Apocalipsis, hay muchos que, simplemente, tienen curiosidad por conocer el fenómeno.
En el mundo del automovilismo hay tres tendencias que van de la mano y son imparables: electrificación, digitalización y conducción autónoma. Ayer mismo me enteré de que Uber ha declarado que, a partir de 2025, todos sus coches en Londres serán eléctricos. Tesla no existía no hace tantos años, y ahora está valorada en más de un billón de dólares: es el mayor fabricante de automóviles en capitalización bursátil por delante de Toyota y Volkswagen, mientras que el cuarto es BYD, una compañía china que sobre todo produce, precisamente, coches eléctricos…
¿Quién será el Tesla de la motos?
La electrificación en las marcas de motos ha ido mucho más lenta que en los coches por multitud de razones. Ya sean tecnológicas o de economía de escala pero, al menos para mí, la tendencia quedó clara cuando marcas tan tradicionales como Harley-Davidson y Ducati anunciaron que iban a tener modelos eléctricos. El fabricante americano ha ido más allá, pues parte de su estrategia consiste en que LiveWire sea una marca independiente.
Vivimos un momento disruptivo en el que la capacidad de respuesta en muy importante. Las marcas que duden en su estrategia podrían quedarse atrás. En algunos aspectos, cuánto más grande sea una marca, más inercias tendrá que vencer para apuntarse a la nueva tendencia. Un transatlántico no destaca por su cintura… En cierto modo, las marcas que han nacido como eléctricas tienen ventaja. En el mundo occidental nos vienen a la cabeza compañías como la estadounidense Zero o la italiana Energica. En China hay unas cuantas compañías que, sacándole partido al gigantesco mercado nacional (allí se venden 20 millones de motos al año) cada vez son más grandes. Nos referimos a empresas como Yadea, Niu o Super Soco.
Los occidentales y, en especial los europeos, nos podemos creer los reyes del mambo, basta mirar la parrilla de MotoGP o a marcas icónicas como BMW (que también está apostando por la electrificación) y Ducati. La realidad es que el 70 por ciento de las motos del mundo se venden en el Sudeste Asiático y en China. Es un mercado que demanda scooter y modelos de menos de 500 cc. De estas unidades, un número cada vez mayor son motos (y sobre todo scooter) eléctricos.
La tecnología móvil 5G, la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés), el Big Data y las tecnologías en la nube, afectarán también al desarrollo de la moto eléctrica. En 10 años, que es mañana como quien dice, la industria de las dos ruedas va a ser muy diferente. Nacerán unas nuevas marcas (o llegarán de las cuatro ruedas, ojo al reciente guiño de Hyundai) y otras quedarán por el camino. El puesto del Tesla de las motos está de momento vacante pero tiene unos cuantos pretendientes…
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