La RAE define la palabra fetichismo como: “veneración excesiva de algo o de alguien”. Una debilidad muy humana, cuyo ejemplo más humilde puede ser el simple hecho de pedir un autógrafo a un piloto. Yo mismo poseo un casco que me dedicó un campeonísimo español, una prenda a la que le tengo un cariño especial. Aunque en mi caso la joya de la corona son dos cascos NZI que me regaló hace muchos años un campeón de España y que había utilizado durante la temporada.
Los británicos son muy dados al coleccionismo, otra enfermedad, pues a menudo se convierte en una obsesión que impulsa a la persona a añadir más y más objetos. Da igual si estamos hablando de sellos o motos. Pues bien, hace poco la afamada casa de subastas Bonhams puso a la venta la colección del Phil Morris Road Racing Museum. Un tesoro que constaba de más de 330 piezas relacionadas con el motociclismo de competición.
Cascos de campeones
La mayoría de lo que se subastaba eran cascos pero también había botas, monos, y hasta viseras (pantallas) firmadas por estrellas del motociclismo. Entre los tesoros hay que destacar un casco tipo Cromwell de Mike The Bike Hailwood, considerado por muchos como el mejor piloto de todos los tiempos. La unidad se vendió por 956 libras (1121 euros). Tampoco faltaba un integral Bell Star II que perteneció a uno de mis héroes: King Kenny Roberts. La pieza iba pintada con los legendarios colores amarillo, blanco y negro de Yamaha América y adornada con el águila estadounidense. Alguien, al que envidio, se llevó el Bell a casa después de depositar 5355 libras (6282 euros).
Boeri es una marca de cascos que desapareció hace ya tiempo pero en los años 70 gozó de predicamento. Pese a que creo que la mayoría asociamos a Joey Dunlop con Arai, este Boeri perteneció al piloto norirlandés de Ballymoney. Joey es otra de las leyendas del motociclismo que ha pasado a la historia por sus gestas en las carreras en carretera, en especial en el TT de la Isla de Man. El Boeri de 1976 alcanzó las 2422 libras (2841 euros).
El último tesoro, de los muchos que había en esta extensa colección, que vamos a mencionar es un Dainese que perteneció a Marco Simoncelli. El eternamente joven italiano también ya forma parte de la leyenda del motociclismo, en parte quizá por su trágico final. La unidad incluso estaba firmada por Marco y alcanzó las 10.837 libras (12.712 euros).
La cantidad de cascos de campeones que se pusieron a la venta fue enorme: Bill Lomas, Phil Read, Eddie Lawson, Freddie Spencer (con botas incluidas), Mick Doohan… Además había cascos de algunos corredores españoles como Sete Gibernau, Jorge Lorenzo y Toni Elías. Si eres fetichista, entra en la página web de Bonhams para que disfrutes (o te flageles) con las joyas que puso a la venta el Phil Morris Road Racing Museum. Yo me habría conformado con el Bell de King Kenny…
Average Rating