El motor bóxer de BMW es uno de los propulsores favoritos para las preparaciones de todo tipo. Artesanos de distintos lugares, ya sean europeos o asiáticos, eligen a menudo el bóxer alemán para sus realizaciones. Por tanto es de aplaudir cuando llega un producto realmente diferente. En este caso vamos a hablar de una bonita y minimalista café racer a partir de un modelo nada deportivo: la BMW K1100 LT. Para lograr el resultado que ves en las fotos ha sido necesario tirar de imaginación y buen gusto.
La montura que nos ocupa la han sacado los compañeros de la página web returnofthecaferacers.com. Se trata de un trabajo realizado por el artesano tailandés Tanadit Sarawek y su equipo K-Speed. Este hombre tiene a sus espaldas más de 300 proyectos, así que no es ningún novato (perdón, rookie) en el arte de la personalización. Para realizar esta moto se partió de una BMW K1100LT, modelo sucesor de la K100 (la primera que utilizó este tipo de configuración de motor). De alguna manera, la alemana venía a luchar en un segmento donde estaban la Honda Goldwing y la Harley-Davidson Ultra Glide, aunque la europea destacaba por ser mucho más ligera que esas dos motos. Los 290 kg de la K1100LT la convertían en una Gran Turismo ágil, sobre todo en comparación con la competencia.
BMW K1100LT café racer
En Tailandia no hay muchas BMW K1100LT pero es que además el dueño de esta unidad quería algo todavía más personal. Así que se puso en contacto con Tanadit Sarawek para que convirtiera a la moto germana en una café racer… y el resultado fue espectacular. La filosofía café racer comulga con aquello de menos es más, por lo que el secreto estuvo en quitar más que en añadir. La K1100LT fue dejando multitud de piezas por el camino: guardabarros, carenado, maletas… En cambio el depósito original, realizado en aluminio, se mantuvo y es una de las señas de identidad de la preparación.
El subchasis trasero es de nueva factura y ayuda a resaltar el asiento monoplaza de cuero con colín incorporado, en el que se puede leer una etiqueta que pone Diablo, la marca de accesorios de K-Speed. Mientras que al monobrazo posterior se le añadió un monoamortiguador YSS pintado de negro, como el resto de la moto. Para despejar la zona debajo del asiento se quitó el filtro del aire, así que el motor respira de manera libre, aunque quizá no sea lo más apropiado en lo que respecta a la longevidad mecánica. La batería está escondida dentro de una caja pintada, por supuesto, de color negro zaino. La mayoría de las motos realizadas por K-Speed utilizan esa tonalidad. Otras piezas de la gama Diablo son el escape, los intermitentes y los puños.
En lo que respecta a los cauchos, Tanadit Sarawek optó por unos muy clásicos Firestone Champion Deluxe, unos neumáticos que le dan a la moto una imagen impactante, aunque no estamos seguros de que sean la mejor elección en lo que a propiedades dinámicas se refiere. El proyecto se llevó a cabo a lo largo de seis meses y según comenta su creador: “Ya no es una moto de Gran Turismo sino una ágil café racer” y desde luego nosotros estamos de acuerdo con esta afirmación.
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