Francesco Bagnaia ganó en casa y pudo quitarse la espina de Francia. Casi no hizo caso al himno de Italia en la ceremonia de presalida; pero lo cantó a pulmón en el podio.
Le acompañaron en el cajón los tíos más solventes de la parrilla, que se están jugando el título de este largo 2022: Fabio Quartararo (más líder) y su inmediato perseguidor, Aleix Espargaró.
Fabio sigue sin renovar con Yamaha pero Aleix (y Maverick Viñales) sí lo hicieron, el jueves pasado, con Aprilia. Los de Noale les roban además a los de Iwata el equipo privado a partir de 2023.
Los rumores del mercado de pilotos siguen haciendo ruido por el paddock en todas direcciones; en este momento del año con tanta incertidumbre por delante.
Un año, el tercero consecutivo, con Marc Márquez fuera de la pelea por el título. Marc ha decidido operarse del brazo; ése del que no quería ni hablar. El mismo que no le dejaba disfrutar.
Atentos mañana a nuestros Diálogos sobre Ruedas: le contaré a Máximo Sant todas las claves del traumatólogo español que operará a Márquez en la clínica Mayo, el próximo jueves.
Marc Márquez ha reconocido (le honra: Jorge Lorenzo también lo hizo hace años) que ha tenido que mentir descaradamente los últimos meses sobre su estado físico.
Pero las noticias trascendían igualmente. Esa intentona suicida de volver a destiempo en 2020 (que muy pocos nos atrevimos a criticar y nos llevamos muchos palos por ello) sigue siendo la causa de todo.
Yo he querido respetar el sufrimiento del piloto en las últimas carreras. Ahora se puede contar abiertamente: Marc Márquez se enfrenta a la penúltima oportunidad de que la salud (diplopía incluida) le permita volver a ser piloto de MotoGP.
Así de sencillo. Así de duro. Ahora no tocan mentiras, ni paños calientes. Si le ha llamado mi querido Joaquín Sánchez Sotelo (mañana lo cuento todo) a Rochester, la situación es realmente límite.
Sin Marc Márquez en liza, la sensación general es pesimista. Mugello ha registrado una entrada pobre este fin de semana (aquelarre rossista de la retirada del dorsal 46 incluida) y MotoGP pierde su estrella.
Y Honda, a su referencia. Con contrato en vigor hasta finales de 2024. Alberto Puig (mintiendo, claro) dijo que hablar de fichajes no toca. No sólo toca: es lo que tienen que hacer.
Y para hacer, antes tienen que decidir. Qué se hace con Pol. Si fichan o no a Joan Mir. O si pegan un golpe de mano con un fichaje atrevido e inesperado: ¿Inesperado? No tanto.
Vuelvo a recordar, uno: que Fabio Quartararo no está renovado con Yamaha. Aunque no creo que el francés mordiese el anzuelo de una moto y un equipo que “retira” pilotos campeones.
Y dos: el (por fin) ganador de del Gran Premio de Italia de Moto2. Pedro Acosta tocó pelo, por fin; y es el sueño dorado de muchos en Repsol y alguno que otro en HRC.
En cuatro días estamos en Montmeló (con Marc en el quirófano, en USA) y la tensión por el futuro de los contratos en MotoGP será, sencillamente, insoportable. Las decisiones tienen que caer por su propio peso. Veremos.
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