La Comunidad Europea ha aprobado una directiva que obligará a todos los coches nuevos a montar un sistema que controlará la velocidad del vehículo.
Cuando las barbas del vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar… El refranero español nos previene de que hay tendencias que se ven venir poco a poco… Una de ellas la podríamos llamar el efecto Big Brother (Gran Hermano), uno de los personajes de la novela 1984 de George Orwell. El escritor británico describe un mundo distópico y totalitario en el que el Estado lo ve todo. La realidad no está tan lejana de lo que apuntó Orwell, como han denunciado multitud de expertos en cibervigilancia.
El Intelligent Speed Adaptations (Asistente de Velocidad Inteligente) pronto estará disponible en todos los coches de la Unión Europea de acuerdo con la normativa EU 2019/2144. Este sistema advierte a los conductores que van demasiado rápido con señales visuales y acústicas, además de poder intervenir incluso en los frenos.
Limitadores de velocidad
A partir del 6 de julio de 2022 se implementarán en la Unión Europea nuevas normas de circulación por carretera. El proyecto de ley que promovía una mayor seguridad en las carreteras del Viejo Continente fue aprobado en 2019 y pronto estará en vigor para los nuevos vehículos. Desde el 7 de julio de 2024, todos los coches nuevos deberán estar equipados con el asistente a la conducción.
El Asistente de Velocidad Inteligente se activa al poner el coche en marcha pero se puede desconectar de forma manual. Incluso cuando el sistema está apagado, el conductor sigue recibiendo informaciones sobre los límites de velocidad. La Comisión Europea asegura que el Intelligent Speed Adaptations permitirá “reducir el número de accidentes en las carreteras europeas”.
Los sistemas de frenado inteligentes no están exentos de críticas. El ADAC alemán (el mayor club de motor de Europa) ha probado algunos sistemas que no se han mostrado muy eficaces por lo que recomienda no fiarse de forma ciega en ellos. El conductor siempre tiene la última palabra y podrá frenar o acelerar, con independencia de lo que aconseje el asistente a la conducción.
Los motoristas, por ahora, nos estaremos afectados porque el Intelligent Speed Adaptations no es obligatorio en las motos. Pero la realidad es que el sistema sí que se va a usar en los coches y la tecnología del asistente a la conducción podría acabar trasladándose a los vehículos de dos ruedas.
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