Ya te lo dijo tu madre hace tiempo: las apariencias engañan. No es oro todo lo que reluce y, a veces, cuesta más el collar que el perro. Seguro que te suena de algo la Moto Guzzi V8. La moto diseñada por Giulio Cesare Carcano para que la marca compitiese en el Mundial de Velocidad en las temporadas de 1955 hasta 1957. El propulsor era un V8 refrigerado por líquido de 500 cc, con doble árbol de levas en culata, y un carburador para cada uno de los ocho cilindros. La moto pesaba 148 kg, entregaba una potencia máxima de 78 CV a 12 000 rpm y ¡alcanzaba los 280 km/h! No en vano está considerada como uno de los diseños más importantes de la historia del motociclismo.
Otro de sus grandes avances fue en el apartado aerodinámico. La Moto Guzzi tenía un carenado integral en una época en la que todavía competían muchas motos desnudas (faltaban décadas para que se inventase el concepto de naked bike). Los sajones le llamaron de forma despectiva dustbin (cubo de basura) a este tipo de carenado, aunque a lo que se parecía de verdad era a un huevo (que, aunque no lo parezca, es una forma muy aerodinámica). La marca de Mandello del Lario había trabajado a fondo en su túnel de viento y el resultado era tan espectacular como eficaz.
¿Moto Guzzi V8? No, ¡Monkey 125!
El genial homenaje a la emblemática Moto Guzzi V8 ha sido realizado un equipo japonés-tailandés llamado Ganesha Custom. No se trata de una pieza única, sino que sus creadores planean producir una serie (muy limitada) de unidades de lo que han apropiadamente bautizado como Monkey Racer Réplica. Sí, bajo este vestido se esconde una Honda Monkey… Un pequeño-gran modelo (con una legión de seguidores) provisto de ruedas de 12 pulgadas, que en su versión de serie apenas supera los 100 kg, con una potencia de 10 CV.
En la página web de Ganesha Custom se venden unidades de la Monkey Racer Réplica por 1 595 000 yenes (11 503 euros). Lo que desde luego es mucho por una Monkey pero nada si lo comparamos con lo que costaría una Moto Guzzi V8.
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