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0 Seguramente te suenan motos como las Honda VFR400, Kawasaki ZXR 400 o incluso Yamaha FZR 400 de finales de los años 1980 y primeros 1990 y que son motos de ensueño aquí. Ninguna de ellas llegó a España de forma oficial, y rivales de ellas fue esta Suzuki GSX-R 400, en este caso la versión “SP” mejorada para competir en el disputado campeonato japonés de F3 (las SuperSport locales de aquella época). Esta moto la “saboreamos” aquí porque la Bandit 400 llevaba su motor. La que ves se subasta en Estados Unidos y ya ronda los 6000 euros…
Suzuki GSX-R 400 SP 1990
En Japón la normativa de permisos de conducir moto limitaba mucho la cilindrada y por eso allí aparecieron esas 250 y 400 con tecnología a la última con las que soñábamos a este lado del mundo. Curioso, porque ellos soñaban con nuestras 600, 750 o “mil”… Para luchar en las tiendas, y en los circuitos, con sus rivales Suzuki lanzó su GSX-R 400 que como ves es una 750 “a escala” con sus chasis doble cuna de aluminio y su estética.
El motor de las GSX-R 400, cuyo primer modelo salió en 1984, nunca fue curiosamente como el de sus hermanas mayores (750, 100 y luego 1100) refrigerado por aire y aceite (el famoso SACS). Es un tetracilíndrico en línea a la última (DOHC con 16 válvulas) pero refrigerado por agua que ofrecía una potencia similar a sus competidores, unos 60 CV a un elevado régimen de 14.000 rpm. Este motor sí es un viejo conocido nuestro, porque fue el mismo que montó la popular Suzuki Bandit 400, una naked de estilo entre clásico y deportivo que se vendió durante años en España y de la que muchos guardamos muy gratos recuerdos.
Volviendo a la GSX-R ésta tiene la línea roja del cuentavueltas en 15.000 rpm y apenas 5000 kilómetros en el marcador. Es la versión SP, con mejores suspensiones y frenos, y antes de ponerla a al venta en Iconic Motorbikes la han desmontado y puesto a punto a fondo, además de montar neumáticos nuevos. La moto apenas presenta algún arañazo en el carenado pero en general muestra muy buen estado, incluso el depósito de gasolina está impecable por dentro. Una joyita para fans de las Suzuki GSX-R clásicas que, si pudiéramos comprar, no sabemos si dejaríamos expuesta en el salón, o dedicaríamos a tandas en circuito… ¿tú qué harías con ella?
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