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Suzuki cambió para siempre en 1985 el mundo del motociclismo con la llegada de la GSX-R 750, un modelo basado en la ligereza y la potencia.

La casa de Hamamatsu puso más que su granito de arena para popularizar las motos deportivas, una gesta que consiguió con la saga GSX-R. Para ello utilizó una receta difícil de batir: prestaciones, y ligereza, quizá lo menos acertado fue la estética pero es algo que dependerá del ojo de cada uno.

En el Salón de Colonia de 1984 se presentó en sociedad a la Suzuki GSX-R 750. En la década de los 80 comenzó el reinado de las motos deportivas radicales a las que se les denominó con el apelativo de hi-sport (de high sport – grandes deportivas o mejor, deportivas extremas). Los sajones también llamaron a este tipo de modelos race replica (replica de carreras). Estamos hablando de una época diferente a la actual en la que, si se nos permite el estereotipo, las motos era peligrosas y el sexo seguro. 1984 fue un año para el recuerdo en el que también llegaron al mercado otras joyas con dos ruedas como la Honda NS400R de 2T, la Kawasaki GPZ600R y la Yamaha FZ750. Suzuki no se conformó con la GSX-R 750 y también sorprendió con la RG500 con motor de agujeros.

Suzuki GSX-R 750 de 1987

Si bien la estética de la siete y medio quizá no fue un éxito de público y crítica, era el resultado de utilizar una imagen que venía del mundo de la competición, de manera específica de las carreras de resistencia. La GSX-R 750 tenía como seña de identidad su faro doble y el carenado integral. La tetracilíndrica en línea refrigerada por aire y aceite pesaba 176 kg en seco y Suzuki declaraba 100 CV de potencia máxima que en realidad eran algunos menos.

Comparada con los estándares actuales, las primeras Suzuki GSX-R 750 ni frenaban ni se aguantaban (el fino chasis doble cuna de aluminio a duras penas podía con la potencia del cuatro en línea). Las llantas de 18 pulgadas eran grandes para lo que se estila hoy en día y detrás montaba un estrecho neumático 140/70 V18. Pero la moto pasó a la historia porque puso de manifiesto la importancia de la ligereza en el motociclismo. Los pocos kilos, junto con la potencia, crearon un modelo capaz de dejar atrás a motos más potentes y pesadas como la excelente Yamaha FZ750, que tenía un motor prodigioso con cinco válvulas por cilindro.

La moto que ves aquí la subasta la compañía estadounidense iconicmotorbikeauctions.com y se encuentra en Santa Mónica. Las GSX-R no llegaron a la tierra del Tío Sam hasta 1986 pero lo hicieron con algunas mejoras: faros más eficientes, carenado revisado y un basculante que era 25 mm más largo. El ejemplar a la venta marca 32 829 km y se le ha realizado una revisión cambiando los líquidos, además de montarle neumáticos Metzeler Roadtec Z8. En el momento de escribir estas líneas la puja iba por 4100 dólares, un precio irrisorio para la madre de todas las deportivas.

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ale.garciamontes
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