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Un ingeniero checo ha creado la Bistella 500 con un propulsor radial de 2 tiempos, 10 cilindros y sobrealimentación, que ha montado en una Jawa de 1953.

En la escuela de ingeniería lo primero que te enseñan es la importancia de la eficiencia. Te entrenan para que descubras por dónde se pierde potencia, pero hubo momento en el que sentí que era yo el que estaba perdiendo algo… Los problemas y los fracasos son como los dragones, dan mucho miedo. Pero también hay caballeros con grandes espadas y brillantes armaduras. En la vida real, la voluntad es tu espada y la tenacidad tu armadura, así te podrás enfrentar a las bestias que encuentres por el camino”, estas bonitas palabras se pueden leer en la ciberpágina bistella.cz y han sido escritas por Marek Foltis, el creador de la moto que ves aquí.

Marek Foltis es un ingeniero checo (un país con una gran tradición en el mundo de la mecánica) de 31 años que cuando tenía 17 años adaptó el turbocompresor de un camión a un ciclomotor Jawa. Pensamos que podemos decir sin riesgo a equivocarnos que desde la adolescencia mostró inclinación por la mecánica.

Bistella 500

Diseñar en casa un monocilíndrico no está al alcance de cualquiera pero Marek Foltis no es un cualquiera. El ingeniero checo asegura que en la actualidad hay tantos programas informáticos específicos que no es necesario saber mucho de física o resistencia de materiales para fabricar un propulsor. Por ello eligió el camino menos transitado, la única manera que permite llegar adonde nunca han estado otros. Para Marek la elección fue evidente, lo que tenía que hacer era un simple motor radial de 2T sobrealimentado y con 10 cilindros.

Marek Foltis asegura que los propulsores radiales son los más efectivos en lo que a utilización del espacio se refiere. Para reducir el tamaño optó por emplear dos filas de cilindros. El ingeniero estuvo estudiando a fondo las diferentes opciones: 8, 10 o 12 cilindros. Se decidió por diseñar un propulsor radial de 10 cilindros porque era el entraba en el chasis de la moto donante. Para el proyecto no se eligió un modelo moderno, sino una Jawa 18 de 1953. Esta marca nació en Praga en 1929 cuando existía Checoslovaquia.

Cada cilindro tiene 50 cc por lo que la capacidad total del motor es de medio litro (como las 500 del Mundial pre MotoGP, aunque no imaginamos a Kenny Roberts a lomos de la Bistella 500). La potencia está limitada a 60 CV a 6500 rpm pero se podría llegar a alcanzar los 120 CV a 10 000 revoluciones. El proyecto no fue un camino de rosas y el ingeniero cuenta que el motor se rompió, por diferentes motivos, en cinco ocasiones, hasta que consiguió poner todo en su sitio. Además de incendiarse dos veces debido a las ineficiencias de unos carburadores demasiado antiguos. El taller de Marek no tiene calefacción y estuvo a punto de perder dos dedos del pie por congelación mientras trabajaba cada noche en este proyecto. En la actualidad sufre unos problemas crónicos en el túnel carpiano por usar demasiado tiempo la esmeriladora.

Marek Foltis confiesa que llegó a odiar este proyecto en especial al final. “Para mí no se trataba de simplemente construir una moto, sino de enfrentarte a tus dragones, a tus miedos. Somos mucho más fuertes de lo que pensamos, lo único que tenemos que hacer es esforzarnos para descubrirlo”.

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ale.garciamontes
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