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0 En el primer vídeo vemos al comienzo una Honda DAX azul (o lo que queda de ella) en medio de un montón de motos. Las miles de unidades que pueblan este bosque se encuentran en un estado bastante deficiente pues la climatología ha hecho de las suyas y el óxido campa a sus anchas. Si te impresiona la herrumbre nuestro consejo es que no veas los vídeos porque podrían herir tu sensibilidad.
No faltan los trikes que durante una época gozaron de gran popularidad en Estados Unidos hasta que el número de accidentes llevó a su prohibición en 1988. Se aprecia un buen número de modelos Honda y motos off-road (no en vano están en un bosque) de diferentes fabricantes. En un instante la cámara enfoca a lo que parece ser una Yamaha XS 500 de mediados de los años 70, que podría convertirse en un interesante proyecto de restauración.
El bosque encantado: 3000 motos y todas están a la venta
El responsable del canal de YouTube Auto Archaelogy (Arqueología del automóvil) reconoce saber poco de motos y al ver un depósito en el que se puede leer la palabra Benelli comenta: “No conozco esa marca de motos”. Luego nos muestran un cobertizo donde los tesoros están algo más protegidos. “He viajado por todo el país y he visto algunas cosas increíbles. Pero nunca había visto un bosque con miles de motos. He estado un par de horas y no he podido verlo todo”, confiesa el youtuber.
Se estima que en la propiedad hay unas 3000 motos diseminadas a lo largo de un acre (unos 4000 metros cuadrados). El dueño de todo esto abre la parte trasera de un furgón y en él encontramos multitud de motores y piezas de diferentes motos (igual aquí está lo que llevas meses buscando). Por lo que podemos apreciar la mayoría de los modelos son de los años 70. Luego nos enseñan otro furgón a rebosar de maravillas, en su mayoría Honda y Yamaha. La conversación gira también sobre las posibles serpientes que podrían aparecer debajo de, digamos, el depósito de una Honda CB750.
La mayoría de las motos están sin asiento y sin depósito pero con motor y chasis, una buena base para comenzar el reto de una restauración. Entre tanta variedad no sería difícil encontrar una que realmente nos gustase para liarnos la manta a la cabeza… ¿te atreves?
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