Simone Conti es un artesano italiano cuyos trabajos pueden gustar o no, pero nadie podrá acusar nunca a este artista de no ser original. Sus motos tienen un sello propio donde todo parece juntarse en el centro aligerando los extremos. Las líneas afiladas de sus diseños recuerdan a una flecha o, mejor dicho, en este caso a un yunque. Esa herramienta que consiste en un bloque de hierro, generalmente con uno de los lados acabado en punta, sobre el que se trabajan los metales al rojo vivo.
Para realizar este proyecto el artista utilizó un motor de Yamaha XS 650 de 1972, un propulsor bicilíndrico refrigerado por aire que quizá, al menos en principio, no parecía lo más apropiado para las líneas angulosas de las que gusta Simone Conti. El artista creció en el taller de su padre, rodeado de maquinaria y herramientas. Así que para él lo más natural del mundo fue diseñar una moto que le recordase al yunque con el que jugaba cuando era pequeño. Mientras otros niños montaban en bici o le daban patadas a un balón, Simone se dedicaba a experimentar con martillo y yunque. Por fortuna, conserva sus dedos intactos…
Yamaha XS650 Yunque Azul
“Tenía este motor de Yamaha XS650 de 1972. Mi idea era hacer una moto con una imagen moderna pero propulsada por un motor antiguo. Todos mis amigos me decían que el resultado no podría ser bonito porque el propulsor tiene unas líneas completamente diferentes”, explica el artista.
Su trabajo diario consiste en realizar piezas de encargo para equipos que participan en el Mundial de Moto3 y para varias empresas internacionales, quizá por esos sus personalizaciones tienen un acabado excelente. No hace bocetos en papel o por ordenador, sino que construye el modelo en su mente, con la certeza de que sus manos serán capaces de convertirlo en realidad (con ayuda de algún que otro martillazo).
Aparte del motor, las ruedas, la horquilla procedente de una Honda CBR600 y el monoamortiguador trasero Öhlins, el resto es cosecha propia. A pesar de emplear un motor de los años 70, Simone Conti no ha dudado en recurrir a soluciones modernas como la utilización de un protector de fibra de carbono que cubre la rueda trasera y parte de la delantera.
¿Se puede crear algo bello mezclando agua y aceite? Usando un motor de hace 50 años y una imagen futurística. Nosotros pensamos que la respuesta es afirmativa, ¿estás de acuerdo? “Mis amigos dicen ahora que yo tenía razón”, concluye Simone Conti con una sonrisa.
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