Hace unos meses veíamos 7 consejos útiles para utilizar tu moto en invierno, un pequeño artículo con 7 consejos a tener en cuenta y realizar si íbamos a utilizar nuestra moto en el duro invierno. Algunos eran más genéricos, otros más técnicos, y algunos más específicos. En esta ocasión vamos a centrarnos en caso de pillar nieve, tanto fresca como compactada. La mayoría pueden resultar obvios a los más veteranos, pero a muchos siempre nos viene bien refrescar estos pequeños apuntes.
España se encuentra ahora mismo bajo fuertes previsiones de nieve, y aunque por lo general, cuando está nevando, la mayoría no salimos con la moto, si puede darse el caso en el que, habiendo salido sobre seco, nos caiga la nevada a mitad de camino, y la vuelta a casa se convierta en un auténtico infierno.
Nieve compactada
A diferencia de la creencia popular, la nieve compactada no es tan buena, sin ir más lejos, es la que más deslizamiento ofrece, por tanto, la más compleja y peligrosa. En estos casos, tendemos a circular por las roderas creadas por el resto de usuarios de la vía, generalmente camiones o coches, y esto es casi peor, por lo que en estas situaciones, si podemos ir por fuera de la rodera o por nieve sin pisar, tendremos menos riesgo de patinar.
Circula con una marcha más
Algo que muchos ya saben y que se aplica tanto a motos como a coches: circular con una marcha superior, esto hace la conducción más suave y dosificable, evitando los patinajes y facilitando más la conducción sobre superficies deslizantes como en este caso.
Suave en los mandos
Este consejo viene de la mano del anterior, solo que esta vez se aplica sobre nosotros mismos; el piloto. Una vez hemos “suavizado” la reacción de la moto subiendo una marcha más, de poco sirve si el piloto es muy agresivo sobre los mandos, tanto acelerador como frenos. Por tanto, debemos ser muy suaves y anticipados con cualquier acción, ya sea frenar, acelerar o girar.
Al acercarnos a un cruce o un giro cerrado debemos comenzar a frenar con muchísima más antelación de lo que suponemos, lo mismo para la circulación entre tráfico, ya que no solo nuestro vehículo va necesitar más metros para frenar (o cualquier otra acción) debido los bajos niveles de grip que ofrece la carretera, sino que esto también afecta al resto de vehículos de la vía, por lo que debemos calcular nuestra distancia de seguridad y la de los demás. Por supuesto, es importantísimo utilizar los dos frenos, trasero y delantero, ambos con suavidad, marcando primero el trasero y a continuación acompañar con el delantero.
Las curvas deben acometerse con la misma precaución, primero deceleramos, y luego giramos, intentando mantener siempre una velocidad constante, sin deceleraciones ni aceleraciones, por muy leves que sean, y procurando un radio neutro y sin variarlo, y no tocar el acelerador hasta que la moto no esté completamente vertical.
Una acción tras otra
También muy similar a como cuando conducimos sobre nieve, pero mucho más exagerado e importante. Hay que evitar a toda costa realizar varias acciones al mismo tiempo: acelerar y girar, frenar y girar, etc… Hay que realizar cada acción por turnos: primero frenamos, luego giramos, y luego aceleramos. Los niveles de grip serán mínimos, por lo que frenar mientras giramos es una caída asegurada.
Pasito a pasito, suave suavesito
Despacio, tómate tu tiempo, no intentes ser Randy Mamola, concéntrate en hacer todo lo más suave posible, no solo las acciones físicas, sino la previsión de tus movimientos, no pensarlos con precipitación y apresuramiento, la clave es mantenerse lo más relajado posible.
Siempre alerta
Esto último no significa que nos podamos dormir o mantener desatendidos. Si llevamos un rato conduciendo sobre nieve, puede que nos confiemos, o que le cojamos el tranquillo a la situación. Eso está muy bien, pero tendemos a olvidar los riesgos. Esto es lo grave, ya que, aunque tengamos una situación relativamente dominada, siempre debemos tener presentes los riesgos existentes, además, si hemos empezado sobre nieve fresca, esta puede estar pasando a ser nieve compactada sin nosotros darnos cuenta, y esta resbalar bastante más. Hay que circular prestando más atención que un sordo cruzando las vías del tren.
Ir bien equipado
Parece otra “tontería”, pero ir con los dientes “castañeando” no ayuda a la situación. Si hay que parar para abrigarse, se para, aunque sea para meterse unos periódicos viejos entre capa y capa. Por supuesto, no dejar ni una sola rendija al descubierto, ya que el frío es experto en encontrarla y explotarla. Estos pequeños truco puede ayudarnos bastante más de lo que imaginamos, aún así, siempre es mejor ir bien equipado para condiciones de baja temperatura.
Por supuesto, lo más importante son las manos, si tus guantes no te abrigan lo suficiente, es mucho mejor parar, calentarte las manos en parado, ayudándote del escape, y retomar la marcha. Con unas manos frías y unos dedos congelados, difícilmente podremos seguir los consejos expuestos anteriormente, conducir con los dedos sin sensibilidad es más difícil que barrer una escalera cuesta arriba.
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