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Jordi Bordoy, tras su habitual cercanía esconde una visión muy clara de la actual situación del mercado y de su evolución. Junto a su hermano Albert forma uno de los tándems más queridos y respetados en el sector. Toda una vida dedicada a la moto desde una empresa familiar ha hecho a Motos Bordoy acreedora de ello…

Los hermanos Bordoy, Jordi (a quien entrevistamos) y Albert, están al frente de una empresa que Importa en España marcas tan importantes como SYM, MV Agusta, NIU (100 por cien orientada hacia la movilidad eléctrica) o MacBor, un proyecto personal del grupo Bordoy. Jordi Bordoy nos habla de cómo está cambiando el mundo de la moto, de la movilidad y a los retos a los que se enfrentará el sector de las dos ruedas en los próximos años.

Repites a menudo que estamos en puertas de una revolución en la movilidad…

Es un momento apasionante y desconcertante. Hay que dejar de pensar en términos de “coche”, “bicicleta” o “moto” y empezar a hacerlo en clave de “movilidad urbana” porque es en esa clave donde nos vamos a mover todos a corto plazo y en la que todo está ya cambiando muy deprisa. Han surgido nuevas formas de moverse por la ciudad que acompañarán a los coches y a las motos; las bicicletas eléctricas, los patinetes eléctricos… hay que renovar todo el marco legal y hasta puede que todo el marco cultural y es muy interesante. Habrá que ver cómo nos adaptamos y convivimos desde el sector.

¿Y en esta revolución qué papel le asignas al scooter eléctrico? ¿Irá a más?

Sin duda sí… porque puede ser una solución óptima en muchos casos pero no creo que jamás consiga canibalizar al scooter convencional. Simplemente, cada uno encontrará su espacio… porque en la nueva movilidad que se está creando habrá espacio. La consolidación del scooter eléctrico llegará y de hecho nosotros hemos apostado con los NIU pero en cualquier caso el scooter -sea eléctrico o de gasolina- como vehículo de dos ruedas compacto, estrecho, ágil y que ocupa poco espacio seguirá siendo ideal para la ciudad.

Otro de los factores determinantes con el que os estáis encontrando las marcas es el de la confusión de homologaciones; acaba de llegar la Euro 4 y ya se ha de pensar en una incierta Euro 5…

Evidentemente no ayuda a crear estabilidad pero es también incuestionable que hemos de continuar haciendo algo con el tema de la seguridad, las emisiones y el ruido. Hay que encontrar el equilibrio, la manera de que la industria sea capaz de cumplir la nueva normativa y para eso se ha de dejar trabajar a los fabricantes. Para cumplir la Euro 5 hay que dejar de incidir en el tema del escape para comenzar a incidir en temas internos de motor; afinar rodamientos, nuevas cámaras de combustión… y todo eso es muy complicado técnicamente y muy caro de desarrollar. Las marcas necesitamos un poco de tiempo… salvo que se quiera poner en marcha una ley imposible de cumplir.

¿Cómo valoras el regreso de Pere Navarro al frente de la DGT?

Te va a sorprender, probablemente, que después del recuerdo digamos “polémico” que dejó en el sector te diga que con “moderado optimismo”. Lo cierto es que mientras estuvo fuera de la política el Sr. Navarro intentó acercarse a la moto, conocer mejor al sector y expresó algunas ideas interesantes en trabajos para fundaciones privadas. La cuestión es saber si se atreverá a volver a hablar de ellas ahora que está de nuevo en política. Si nos encontramos ante ese Navarro, el de las fundaciones privadas, podemos esperar cosas positivas. Si vuelve el Pere Navarro político… pues quizás no tantas. Veremos… pero tengo la impresión de que ha asumido algunos errores y vuelve con un talante diferente respecto a la moto. Personalmente quiero darle un voto de confianza a tenor de algunas últimas reflexiones suyas que me parecen interesantes.

Hablemos de marcas del Grupo Bordoy

Vosotros trabajáis con unas marcas tan diferentes entre ellas como SYM, MV Agusta y Macbor. Imagino que requieren tratamierntos diferentes… 

Totalmente diferentes pero siempre entendiendo que para nosotros un cliente Macbor es igual de importante que uno de SYM o el de MV Agusta. Todos merecen el mismo servicio. Con SYM hemos hecho un trabajo muy paciente y que creo que está dando sus frutos porque la marca ya está consolidada y compitiendo de tú a tú en un durísimo mercado. Lógicamente la competencia aprieta también más a este nivel pero estamos muy contentos. Ni la presencia de SYM en el mercado ni los propios productos tienen nada que ver con la marca cuando la cogimos. Hoy tenemos la gama urbana más completa del sector y somos capaces de cubrir las necesidades de todo tipo de usuarios, desde las más básicas a las Premium.

MV Agusta es una marca que se dirige a un cliente muy concreto que busca ese algo especial que sólo puede dar MV Agusta y la verdad es que estamos siguiendo las pautas de la fábrica. Ni más ni menos. Ellos marcan el ritmo.

En cuanto a Macbor, te diría que es nuestro proyecto más personal. Queríamos trabajar con un proyecto en el que pudiéramos involucrarnos desde el principio, inferir desde el comienzo y aportar nuestra experiencia. Macbor acaba de empezar; está dando sus primeros pasos pero sé que nos dará muchas alegrías porque, además, llega en un buen momento.

¿Cuesta más competir contra las grandes corporaciones siendo una pequeña empresa familiar?

Tiene inconvenientes obvios… pero también muchas ventajas. En primer lugar justamente eso; el componente familiar -y cuando me refiero a familia pienso en absolutamente toda la gente de Motos Bordoy, en todo el grupo de profesionales que la forma, no solamente a quienes llevamos el apellido Bordoy- crea un ambiente y motivación diferente. Y somos mucho más flexibles. Evidentemente has de saber dónde estás y dónde puees posicionarte y en qué puedes o no puedes competir… pero también te digo una cosa: llevamos en la moto desde hace mucho tiempo, toda la vida en realidad… pero no sólo trabajándola, también disfrutándola. Sabemos lo que piensa la gente de la moto… porque esencialmente somos eso: gente de moto. Las corporaciones tienden demaasiadas veces a ser demasiado frías. 

Habéis sido también pioneros en apostar por Colombia e introducir la marca SYM en la que, dicen, es una de las economías emergentes de Sudamérica. ¿Cómo está el proyecto de SYM Colombia?

Sigue a buen ritmo… que es un ritmo diferente al de España porque, evidentemente, hay que ir más despacio en algunas cosas. Hay peculiaridades que aprender sobre la marcha y cuidar mucho más los detalles. En Colombia la prioridad es potenciar el conocimiento de marca, su posicionamiento de marca, porque es un país en el que la cultura de moto se reduce a las marcas que salen en televisión… sobre todo en las carrera, así que antes que nada hay que dar a conocer SYM como una marca sólida y fiable. A partir de ahí, lo que no cambia es que hay que dar el mismo nivel de buen servicio aquí que allí porque el cliente lo exige exactamente igual en un país que en otro.

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ale.garciamontes
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