Ana Carrasco ha charlado distendidamente con la prensa especializada con la soltura, simpatía y desparpajo que le caracteriza. Unos días después de ser la mejor del mundo dentro del Mundial de Superbike, la Murciana ya lo tiene asumido pero todavía recuerda cómo fueron los últimos días antes de llevarse el título. Podía haberlo conseguido en Portugal pero las cosas allí no le fueron como ella y el equipo esperaba así que el escenario para hacerse con éste iba a ser Magny Cours, un trazado que, por cierto, no le gusta mucho. “Por mi forma de conducir me van mejor los circuitos rápidos y Magny Cours me cuesta bastante”. A pesar de ello, difícilmente olvidará su paso por allí este 2018.
El sábado se clasificó muy atrás para la parrilla de salida. “Fue un marrón (ríe) pero me centré en escuchar a David (Salom) y a Jordi (Caparrós) que, al final, son los que más experiencia tienen. Ya el domingo salí a intentar adelantar las máximas posiciones posibles y toda la suerte que no tuve el sábado me la encontré el domingo. También la ventaja de puntos que llevaba después de hacer un buen trabajo durante toda la temporada pude aprovecharla”.
Ana no se olvidó de agradecer a toda la gente que ha formado parte de este título “sobre todo a mi familia que siempre ha estado ahí, a mi manager, a David Salom, a Kawasaki…”. La murciana se siente muy cómoda en el Mundial de Superbike, “es más familiar, las marcas están comprometidas a estar en todos los escalones para que los pilotos podamos ir ascendiendo poco a poco. Eso creo que es muy importante, así puedes crecer”. Ella quiere continuar en Kawasaki y ser piloto oficial de fábrica. “Ahora mismo quiero ganar y si me quedo en SSP300 intentaré revalidar el título y si paso a SSP pues iré a aprender. De todos modos no lo tenemos claro porque en SuperSport va a haber muchos cambios. Así que bueno, ya veremos lo que pasa”.
A pesar de lo a gusto que está en el Mundial de Superbike, es todavía muy joven “tengo 21 pero sí que me veo en MotoGP. Desde luego ahora no porque hay que ir paso a paso, de aquí a MotoGP o Superbike el camino es muy largo”. Cree que le quedan unos 10 años para competir a primer nivel pero no descuida su formación. Está en la UCAM estudiando Derecho “porque una vez termine mi carrera como deportista profesional, todavía me quedarán muchos años y tengo que labrarme un futuro. Me decanto por el derecho deportivo. Si sigo vinculada al motociclismo pues me gustaría poder ayudar a otros compañeros y sino pues me levantaré como cualquier persona por las mañanas para ir a la oficina (ríe)”.
“He demostrado que las mujeres somos igual que los hombres encima de la moto”
Ana es consciente de que los Medios de Comunicación se han hecho eco de su título porque es mujer pero defiende que “las mujeres somos iguales que los hombres y yo lo he demostrado. Cuando llego al Circuito tengo el mismo trabajo que ellos, los mismos objetivos… así que no veo por qué no podemos hacer lo mismo. Creo que el físico se trabaja y, por ejemplo, Laia Sanz es más fuerte que cualquier piloto que puede haber en una parrilla de MotoGP o Superbike”.
A Ana le gustaría que como ella y María Herrera, que son las dos que ahora mismo están en el Mundial y al máximo nivel, hubiese otras, que “siempre haya representación femenina en los Campeonatos del Mundo pero para ello hay que apoyar y ayudar desde la base”.
La de Cehegin siempre ha defendido que las mujeres compitan con los hombres. Piensa que tanto ella como María “hemos llegado a competir en el Campeonato del Mundo porque desde Minimotos compartíamos parrilla con Márquez, Rins, etc pero creo que las chicas que siempre compiten con chicas no pueden tener el mismo nivel. Tienes que estar con los mejores”. De todos modos, también agradece el trabajo de la Comisión Femenina de Motociclismo de la RFME a la hora de fomentar las carreras de todas las especialidades para las mujeres. Cada vez hay más y seguro que tendrá sucesora cuando ella se retire, dentro de muchos años.
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