Ángel Nieto era madrileño de adopción (de pura cepa, o sea) pero nacido en Zamora y criado como piloto en Barcelona; gracias al liderazgo (industrial primero y deportivo después) que Cataluña ha tenido siempre en el mundo del motor en el conjunto de España. Por eso Jorge Martín es, de facto, el primer campeón madrileño de la historia de nuestro motociclismo patrio. Y los inicios humildes y el Jarama, como con Nieto, aparecen en todas las crónicas por las propias declaraciones del piloto: “Vivo a final de la recta del Jarama. Desde mi casa se oye el ruido de la pista. No se llega a ver. Me acuerdo de los sábados, cuando yo todavía ni corría se oía lo que para mí era música celestial, el ruido de las motos. Iba con mi padre a ver las tandas. Tengo una foto en el muro del Jarama con un año con mi padre súper bonita. Con seis años, los Reyes Magos me trajeron una minimoto china. En un párking entre Alcobendas y San Sebastián de los Reyes iba dando vueltas. Sin mi familia habría sido imposible. Ellos lo pusieron todo para que yo pudiera correr y, de hecho, en el camino me topé con un par de momentos muy complicados, de esos en los que o ganaba la Rookies Cup o me iba a mi casa”.
Y la ganó; y llegó a Moto3. Pero tenía mucho que aprender; y entonces llegó la pretemporada de este año que ya se acaba y, algo que toda la prensa conoce pero casi nadie refleja, lo ha vuelto a comentar, este domingo, en Sepang; gracias a la pregunta de Manolo Pecino: “Al trabajo con Chicho Lorenzo también le tengo que dar las gracias, porque del año pasado a este he cambiado totalmente mi estilo de conducción. Y he encontrado 2 o 3 décimas por vuelta que antes no tenía. Creo que es una escuela muy buena, donde se puede aprender y llegar a ser muy competitivo”.
Chicho Lorenzo es una figura denostada por la prensa española, que se siente muchas veces “corporativamente ofendida” por las críticas inmisericordes del progenitor del pentacampeón del mundo. Pero Jorge Martín tiene personalidad de sobra para reconocer que su evolución de pilotaje respecto de 2017 ha sido la clave de su éxito y no tiene ningún reparo en hablar bien de quien le ha ayudado en todo ello; además de los pilotos de MotoGP con los que tiene una buena relación: “Con Jorge Lorenzo ahora no tanto porque vivimos muy lejos el uno del otro, pero cuando vivía en Barcelona hacíamos mucho Dirt Track y Flat Track. También entrenábamos mucho con la Supermotard. He aprendido mucho de él: es muy metódico trabajando. Me ha ayudado mucho. Este año me ha dado muchos consejos cuando he tenido bajones. Y también le tengo que agradecer a Aleix o Maverick que me han ayudado; son buenos amigos y coincidimos mucho en Andorra”. Mientras Aleix Espargaró ejercía de pizarrero en el muro durante la carrera de Moto3, Jorge Lorenzo acompañaba a su tocayo en la sala de prensa donde hablaba de su recién conquistado título. Como dice Martín, buenos amigos. Al menos hasta que llegue a MotoGP…
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