Ducati está en la picota desde la temporada pasada. Ya en Motorland tuve el dudoso privilegio de conocer la “corriente del paddock” que les acusaba de hacer trampas sin aportar pruebas. Se trataba de temas de software y electrónica, algo intangible. Pero ahora es distinto: el apéndice de la discordia se ve; y los enemigos de Borgo Panigale aprovechan para ir a saco.
Las fábricas que denunciaron tras la carrera son Aprilia, KTM, Honda y Suzuki. Detrás de estas marcas comerciales hay personas, claro: por el mismo orden, Massimo Rivola, Mike Leitner, Alberto Puig y Davide Brivio. La reclamación fue elevada de manera conjunta, en principio, por el montaje de elementos aerodinámicos no conformes con el reglamento técnico del campeonato. Después de analizada, dicha denuncia fue rechazada; con el argumento de que se trataba de elementos para favorecer la refrigeración y no la aerodinámica.
Pero las fábricas no estaban conformes y presentaron la documentación que sustentaba su denuncia. Y apelaron en segunda instancia al Comisario de Apelación de la Federación Internacional de Motociclismo. Se trata del británico Stewart Higgs y también estaba presente en Losail. Este responsable federativo se vio desbordado por la situación y recondujo todo el procedimiento a la Corte de Apelación de la FIM en Ginebra. Ahora, el plazo de resolución es indeterminado; aunque las instituciones de MotoGP desean que se haga público antes del próximo GP de Argentina que se celebra en quince días.
Y ahora, la reflexión pertinente, en base a una pregunta recurrente: ¿ganó Dovi a Marc gracias a ése apéndice? La respuesta es no, claro. Nos enfrentamos a un escenario complicado; porque podemos entrar en una dinámica peligrosa para MotoGP. Que un espectáculo como el que vivimos ayer en el circuito de Losail quede en entredicho es un torpedo a la línea de flotación del mismo deporte. Porque, querida parroquia, en el Gran Premio de Qatar vivimos el magnífico momento que puede ofrecer cualquier competición: que gane el mejor.
Y Andrea Dovizioso lo fue. El mejor de la carrera de los focos del desierto; el “mejor del momento” quiero decir. Ganando de poder a poder y con las mismas cartas de hace un año al “piloto más completo” de la parrilla, que va camino de convertirse en “el más laureado de MotoGP de todos los tiempos”. Este domingo de estreno de la temporada vivimos algo que no es muy corriente, el mito de ver a David ganando a Goliat porque, contra todo pronóstico, una persona normal consigue “ser más fuerte” que un gigante.
Cuando un piloto gana a Márquez así es porque consigue ser mejor que él en ése determinado momento. Y semejante hito histórico, inmenso, magnífico para este deporte, está manchado ahora por algo más que la sombra de una duda: por un recurso de despacho. Y esto es malo para todos. MotoGP debe reaccionar para evitar que un escenario de esta envergadura se repita en momentos más determinantes de la temporada. Porque es grave que una carrera tan espectacular esté en el aire, pero imaginen el drama de que pasara lo mismo, en noviembre, con la lucha por el título. Ya se lo digo yo: Marc Márquez sería el que menos querría ganarlo así.
Average Rating