Pere Navarro parece dispuesto, en su segunda etapa al frente de la DGT, a enfocar sus políticas dirigidas a la moto más hacia la colaboración que hacia el enfrentamiento con el sector. Buena prueba de ello son las dos nuevas medidas que muy pronto podrían entrar en vigor y que podemos juzgar como positivas.
La primera se refiere a la obligatoriedad del uso de guantes motociclistas homologados tanto en carretera como en ciudad. Ganada la batalla del casco, la DGT empieza ahora la del resto del equipamiento… y teniendo en cuenta que se trata de mejorar la seguridad en el equipamiento personal parece una propuesta -a priori- acertada.
La segunda vía de acción será bonificar con 2 o 3 puntos de carnet a aquellos motociclistas que, siempre por propia iniciativa, realicen algún curso de conducción segura en moto en cualquiera de las escuelas de conducción o instituciones reconocidas.
Conviene insistir en estos requisitos: que sean voluntarios y no por orden judicial y que se realicen en un centro o cursillo de reconocido prestigio.
Ambas medidas entrarán en vigor en cuanto el Parlamento resultante de las recientes elecciones apruebe el nuevo Plan Estratégico de Seguridad Vial.
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