Hacemos un breve aparte con Jorge Lorenzo durante el tradicional acto solidario que Honda siempre pone en marcha en las jornadas previas al Gran Premio de Cataluña. Un acto que este año tiene como protagonista a la asociación “Pequeño Deseo” cuya finalidad es conseguir que niños y niñas con enfermedades graves o terminales puedan ver realizadas de algún modo sus ilusiones y en el que tanto Marc Márquez como nuestro interlocutor se han volcado. Porque Jorge, a pesar de su carácter serio, siempre se ablanda cuando hay temas infantiles por medio y quizás por eso y por tantos años juntos de carreras nos concede unos minutos que no estaban previstos en la apretada agenda del día, justo antes de comenzar la rueda de intervenciones televisivas. Claro y directo como siempre, Lorenzo no esconde la cara ante mi primera pregunta…
-¿Te está afectando este mal principio de temporada?
–Evidentemente algo siempre te afecta; a uno lo que le gusta es ganar y que salgan las cosas bien pero tampoco puedes dejar que te afecte más de lo necesario. Al contrario, has de sacar el carácter competitivo y esforzarte y trabajar más que nunca. La de este año ha sido, con diferencia, la peor pretemporada de mi vida por culpa de las lesiones y además la evolución del motor a los nuevos reglamentos tampoco fue tan rápida como esperaba. En resumen, que he llegado tarde a una moto que es difícil, muy difícil…
-Se que es un comentario antipático, Jorge… pero Marc gana con esa moto…
No tiene nada que ver. En primer lugar él lleva siete años en Honda, siete años en el día a día de esa moto y su evolución y además es un piloto que siempre se ha adaptado rápido a sus nueva monturas precisamente porque su estilo no tiene nada que ver con el mío. No es un tema de que la moto no sea ganadora -está claro que lo es- sino de estilo. Mi estilo de pilotaje es completamente opuesto al que necesita esta Honda y claro que puedo adaptarme… pero no tantas cosas ni tan a la vez como haría falta. Honestamente, pensé que iba a tardar menos en hacerlo.
-¿Pero cuál es exactamente el problema?
Esencialmente de ergonomía, de la postura en la que me obliga a pilotar la moto. Me carga demasiado los brazos; es una moto agotadora para mí. Yo soy un piloto que necesita correr con un traje que me vaya bien y a mi medida; todo, desde la chaqueta a los zapatos… si no me va bien no estoy a gusto… y ahora mismo para mí la Honda es un traje que no es de mi talla. Es una moto demasiado física para mi estilo de pilotaje. Me exige demasiado esfuerzo y demasiadas cosas que para mi son antinaturales. Es verdad que nunca he sido uno de esos pilotos que llegan y se adaptan en dos días a las motos… pero siempre lo acabo logrando. Me pasó con la Ducati y me pasará con la Honda si tengo la ayuda de la marca…
-¿Qué quiere decir “si tengo ayuda de la marca”? ¿Acaso no te está ayudando?
¡¡¡Para nada quiero decir eso, no me metas en líos Gonzalo!!! Lo que digo es que éste es siempre un proceso que depende de dos torres: en una torre estoy yo, el piloto, para mejorar en lo que tenga que mejorar y aprender lo que tenga que aprender para pilotar la Honda. Y la otra torre de este castillo la ha de construir Honda. Ha empezado a construirla pero todavía no es lo suficientemente alta.
-Has estado en Japón hace unos días poniendo ladrillos a esa torre, imagino…
Si, trabajando muy intensamente con los ingenieros. Tenemos un plan muy concreto de mejoras y piezas nuevas, algunas de las cuales ya las veremos este fin de semana en Montmeló. Todavía no todas pero es el primer paso. En principio son piezas y ajustes exclusivamente diseñadas para mí pero si Honda cree que puede ser útiles para otros pilotos de la casa… pues encantado. Con Ducati pasó lo mismo; cuando esas dos torres de las que te hablaba tuvieron la misma altura, las cosas mejoraron y gané carreras. Después del Gran Premio catalán tenemos una jornada de pruebas donde estoy seguro que ya se verá una evolución aún mayor. Por eso tengo la certeza de que la segunda mitad del campeonato será mejor.
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