Es un aviso. De todo se aprende. Marc Márquez ha errado en su estrategia de presionar a Fabio Quartararo y no ha sabido llevárselo a su terreno. Al contrario, a Márquez le ha salido el tiro por la culata. No es ilícito lo que ha hecho hoy Márquez, porque suele ser muy habitual, incluso en MotoGP, ver a otros pilotos buscar la rueda de referencia, que en muchas ocasiones ha sido la suya. Quizás, viniendo del campeón, resulta poco elegante, pero tampoco podemos criticar a Márquez por esa estrategia y no hacerlo con los demás, cuando muchos de ellos ya tienen ese hábito interiorizado.
Pero Márquez no sólo buscaba la rueda, también presionaba y quería sacar de su plan de trabajo a Quartararo, quería desconcentrarlo y evitar que mejorara sus registros, y si no podía, por lo menos que lo arrastrara para sacar un buen tiempo, en un terreno en el que las Yamaha son claramente superiores.
Y Márquez no ha sido el único. Si Quartararo era la locomotora y Márquez la cabecera del convoy, tras ellos había formado un trenecito con pilotos que necesitan una ayudita: Crutchlow, Rins, Petrucci… Pero el ritmo de arranque de Quartararo ha sido fuerte, arriesgado con unos neumáticos que no tenían aún la temperatura precisa por esa primera vuelta lenta, de juego.
A Márquez se le coló por medio Petrucci, salió largo de la frenada de la recta de meta, cediendo más metros de los deseados, e intentando que Quartararo no se fuera abrió gas con demasiada precipitación, la moto muy inclinada y los neumáticos fríos. El resto ya lo conocemos… Un espectacular high side, una dura caída para el piloto de Cervera.
La contradicción de Yamaha
El resultado de los entrenamientos ha sido una pole más, la quinta, de Quartararo, y un resultado excepcional para Yamaha, que ha copado la primera línea (Quartararo, Viñales, Morbidelli), algo que no sucedía desde 2017, y Rossi colocado en una buena sexta posición. De hecho, este Gran Premio ha estado copado por los hombres de Yamaha, que han sido siempre los más rápidos en todas las sesiones. Pero no el equipo de fábrica, sino la escudería Petronas, que ejerciendo de equipo local parece que, como en el fútbol, ha hecho valer el factor campo. Una vez más, el equipo satélite pone en evidencia al equipo de fábrica.
Hace bien Yamaha en cuidar los detalles con Petronas. Esperó al GP de Malasia para anunciar sus planes 2020, en los que el equipo satélite gozará de motos idénticas al de fábrica. Peor lo que sorprende de Yamaha es lo mucho que descuida a sus propios hombres. Es lógico que pensando en el futuro piense en Quartararo. Sería absurdo que no lo hiciera. Pero no deja de sorprender como, una vez más, tropezando en la misma piedra, ponga en el disparadero al piloto que mejores resultados ha aportado al equipo desde 2017. En una entrevista concedida a Marca, Lin Jarvis, el máximo responsable de Yamaha, ha dicho: “Viñales puede convertirse en un problema para nosotros”, haciendo referencia a la posible incorporación de Quartararo al equipo en 2021 y la continuidad de Rossi…
Ya en 2016, Yamaha puso a Jorge Lorenzo en el disparadero. La colocó en una situación tan incómoda que el mallorquín se echó en los brazos de Ducati sin dudarlo –la oferta millonaria también ayudó, evidentemente-, y ahora mismo se puede volver a repetir la jugada, porque no tienen reparos en renovar a Rossi llegado el momento, a pesar de ser claramente superado por rendimiento por Viñales. Es encomiable la determinación y el empeño que Rossi le pone a pesar de su edad, próximo ya a cumplir 41 años. Es un ejemplo. Pero también es verdad que no será eterno, que su energía no es inagotable. Y mientras tanto Viñales, que es cierto que en determinados momentos resulta desconcertante y es incluso poco complaciente con Yamaha dependiendo de los resultados, se piensa muy seriamente si merece la pena seguir en Yamaha…
Viendo la evolución de la marca de los diapasones, quizás no sea el mejor momento para abandonar el barco ni cambiar de proyecto, pero al final los pilotos también se mueven por sentimientos. La falta de calor es lo que hizo que Rossi dejara Honda a finales de 2003 para irse a Yamaha. Después ha sido Yamaha la que no ha sabido dar cariño a los demás.
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