El campeón del mundo de 125 cc (2006) y de SBK (2022) cuenta con una dilatada y exitosa carrera en el motociclismo de competición. Ha participado en los certámenes más importantes y siempre ha dejado muestras de su calidad y versatilidad como piloto: 125, 250, MotoGP o SBK… El talaverano le pega a todo.
- En 2022 se proclamó campeón del mundo en WSBK después de una temporada gloriosa en la que peleó a brazo partido con otros dos gigantes, Toprak Razgatlioglu y Jonathan Rea. En su ya dilatada carrera, nuestro protagonista ha pilotado para multitud de marcas: Aprilia, Suzuki, Honda, Ducati… Álvaro Bautista en 2011 fue el único piloto del equipo Rizla-Suzuki (en aquella época todavía estaba permitida la publicidad de tabaco así indirecta…). En los entrenamientos libres del GP de Qatar, a comienzos de la temporada, sufrió una rotura de fémur que le obligó a perderse las dos primeras carreras. A final de año acabó en decimotercera posición en el Mundial de MotoGP.
Carenado de Suzuki GSV-R firmado por Bautista
La temporada 2010 fue muy importante para el piloto porque supuso su desembarco en MotoGP, es decir, alcanzar el cénit en el motociclismo de competición. Álvaro debutó con la escuadra oficial Rizla Suzuki y tenía como compañero de equipo nada menos que a Loris Capirossi (tricampeón del mundo, con dos títulos en el cuarto de litro y uno en 250). En su primer año en MotoGP el español terminó en la posición 12 + 1, mermado por una rotura de clavícula que le obligó a perderse varios Grandes Premios.
La compañía iconicmotorbikeauctions.com ha subastado no solo el carenado firmado por Álvaro Bautista de su Suzuki Rizla de 2011, sino la carrocería en su totalidad, incluyendo, depósito, asiento, colín y guardabarros delantero. Todas las piezas se encuentran en Santa Mónica (California). La decoración emplea acabados en cromado con el luminoso azul de Suzuki (que en la temporada 2023 tanto vamos a echar de menos) que contrasta con el Rizla en amarillo. En el guardabarros delantero no falta la B de Bridgestone.
En el momento de escribir estas líneas, a falta de dos días para que terminase, la puja iba por 2600 dólares, una ganga por no solo las piezas de una MotoGP oficial sino que además perteneció a la moto del actual campeón del mundo de SBK y con colores tan particulares.
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