La vida de Hideo Pops Yoshimura es una constatación de aquello que dice: la realidad supera a toda ficción. La peripecia vital del personaje es de verdadera novela, si se nos permite el lugar común. Además, fue uno de los hombres que contribuyó a que apareciese lo que hoy conocemos por una superbike.
1. Obsesionado con la victoria
Se supone que la filosofía de ser el número 1 es algo muy estadounidense pero también fue una especie de fuego interior que llevo a nuestro héroe a realizar cosas que parecían casi imposibles.
2. Mal carácter
No era una persona fácil, más bien al contrario, y tampoco destacaba por su paciencia, en especial frente a las estupideces de los demás. Aunque si querías contar con un motor que tuviese ese algo más o aprender los secretos de los propulsores de 4 tiempos, había pocos maestros mejores que el enigmático Hideo.
3. Ingeniero, mecánico y artista
Así lo define su hijo Fujio Yoshimura. Al igual que las ecuaciones matemáticas, si son correctas, no solo funcionan sino que son bellas desde el punto de vista estético. Los motores de Yoshimura eran una especie de poesía mecánica.
4. Manitas
En su caso la palabra “manitas” se podría utilizar de forma literal porque con sus manos era capaz de resolver casi cualquier problema mecánico y fabricar hasta la última pieza. Pops Yoshimura destacó en una época en la que no había electrónica ni ordenadores. Los resultados se conseguían con 8 segundos de genialidad y 8 horas de trabajo.
5. Aviones
Su sueño era ser piloto de caza de la marina imperial japonesa pero un accidente de paracaidismo le impidió volar. Durante la II Guerra Mundial su trabajo consistió en mantener y reparar los aviones militares. Al igual que otro personaje japonés, Soichiro Honda, la guerra lo marcó para siempre. Hideo vio cómo sus compañeros, uno tras otro, iban perdiendo la vida volando los aviones que él se encarga de mantener en perfecto estado. Al acabar la contienda la mayoría de sus amigos habían fallecido.
6. La base militar estadounidense
Tras la guerra, su primer taller estaba cerca de una base americana. Los soldados estadounidenses se enteraron de que había un tipo que reparaba motos y que incluso sabía algo de inglés. Así que le empezaron a llevar motos para que las arreglase. Acostumbrado a solucionar problemas en motores de aviones, para Hideo las BSA y Triumph de la época no tenían secretos. Su innata capacidad para fabricar cualquier pieza hizo que los soldados americanos lo bautizaran como: “la mano de Dios”.
7. La aventura americana
No solo fue un excelente técnico sino un consumado hombre de negocios. Supo ver la demanda que había en Estados Unidos de motos japonesas de gran cilindrada. En 1971 emigró a Los Ángeles en la época en la que llegaron al mercado dos motos que cambiarían el motociclismo para siempre: la Honda CB750 y la Kawasaki Z1. Comenzaba la era de las superbikes…
8. Victoria en las primeras 8 Horas de Suzuka
En 1978 se disputó la primera edición de la clásica prueba de resistencia, una carrera que durante años fue el evento más importante para las marcas japonesas. La victoria fue para el equipo Yoshimura Racing que había preparado una Suzuki GS1000 que fue pilotada por Wes Cooley y Mike Baldwin.
9. Odio a los 2 tiempos
Su amor por los árboles de levas y la válvulas era directamente proporcional a su frontal rechazo a los motores de 2T, a los que comparaba con los gusanos del reino animal. Yoshimura estaba convencido de que los propulsores de agujeros eran algo absolutamente primitivo, que no merecía su tiempo.
10. Final
Hideo Yoshimura regresó en 1981 a su país natal para dirigir su empresa, en aquella época era más famoso en EEUU que en el país del Sol Naciente. Falleció el 29 de marzo de 1995 víctima de un cáncer. Su legado continúa hoy en día, al ser reconocido como uno de los mejores preparadores de todos los tiempos.
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