Barcelona quiere retomar sus calles para los peatones y las bicis, una medida que a todo el mundo le parecerá correcta, sobre todo ahora que se necesita más espacio para poder mantener las higiénicas distancias de seguridad tras el COVID-19. Está claro que es lo que se debe hacer y que si las motos aparcadas en las aceras estorban a los peatones, deben de colocarse en otro lugar.
Pero también está claro que los problemas reales de movilidad en las ciudades, las que afectan a la mayoría de las personas que tienen que desplazarse varios kilómetros desde sus domicilios a sus centros de trabajo o de estudio, tienen una clara solución que es potenciar en uso de la moto ante una situación que también limita la capacidad del transporte público para evitar contagios y proximidad entre las personas.
Recientemente el Ayuntamiento de Barcelona ha prohibido el aparcamiento de las motos y scooter en sus aceras y la industria de la moto, representada por Anesdor (Asociación Nacional de Empresas del Sector de las Dos Ruedas) ha planteado al consistorio que deje de penalizar a los ciudadanos que se desplazan en moto y que amplíe sus miras en lo que afecta a la movilidad. En la última reunión de la Comisión Permanente del Pacto por la Movilidad, José María Riaño, secretario general de Anesdor, comentó que “es necesario que el Ayuntamiento avance en un modelo de ciudad que incluya a todos los ciudadanos. Ir andando o en bicicleta no cubre todas las necesidades individuales de desplazamiento. La moto es un vehículo eficiente y sostenible y el Ayuntamiento debería contar con ella como un activo para la movilidad”.
Barcelona necesita 55.000 plazas para motos
El Ayuntamiento de Barcelona, tras anunciar el pasado 12 de mayo un paquete de medidas que incluía prohibir el aparcamiento de motos en 43.000 metros cuadrados de acera hasta ahora utilizados por los ciudadanos para este fin y modificaciones en los carriles de circulación, celebró esta reunión de la Comisión Permanente del Pacto por la Movilidad. Al menos esta búsqueda de consenso con los agentes sociales llega tarde, después de que se haya actuado con la política de los hechos consumados, pero al menos es un gesto del consistorio que podría servir para echar atrás la decisión o al menos para buscar otro tipo de soluciones.
Durante los últimos días Barcelona ha repintado el asfalto de algunas calles y comenzaba a multar a los motoristas que dejaban sus motos en el mismo lugar donde lo habían hecho días antes.
Según los datos de Anesdor, sería necesario habilitar en Barcelona unas 55.000 plazas para motos para poder adecuar los espacios de aparcamiento para motos al porcentaje del total de vehículos que circulan por la capital catalana.
Barcelona es la capital europea de la moto y debe aprovechar sus ventajas de movilidad de la moto tanto en el escenario actual como en el futuro. Es una realidad que el transporte individual es necesario en cualquier ciudad moderna y la moto y los vehículos ligeros motorizados en general se presentan como la mejor opción para cubrir esta parte imprescindible de la movilidad.
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