El pasado mes de mayo ya comentamos que Barcelona no quería motos en sus calles. En aquel entonces prohibía el aparcamiento de motos y scooters en aceras, dejando así a miles de usuarios en una situación crítica.
Ahora las protestas y denuncias de motoristas y ciclistas vienen por algo aún más grave. El Ayuntamiento de Barcelona está utilizando pintura deslizante y bloques de hormigón en sus calles haciendo estas más peligrosas. Estas “medidas” pueden provocar accidentes de tráfico y agravar los que se produzcan.
Malas noticias para una ciudad que siempre ha destacado por el alto volumen de motocicletas y que gracias a ellas el tráfico siempre ha fluido mejor. Malos momentos en tiempos de pandemia donde la moto se debería convertir en el medio de transporte por excelencia y debería ser apoyado en todo momento desde las instituciones.
Desde ANESDOR, su secretario general, José María Riaño ha querido denunciar esta práctica del Ayuntamiento de Barcelona con estas palabras: “En Barcelona cientos de miles de ciudadanos se desplazan en vehículos de dos ruedas cada día por decisión propia: ubicar elementos que ponen sus vidas en peligro es inaceptable. Pedimos al Ayuntamiento que reconsidere estas actuaciones.”
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