El éxito de KTM en el pasado Gran Premio de la República Checa es, en primer lugar, el triunfo individual de un piloto novato en MotoGP que está demostrando su enorme talento. Un nuevo soplo de aire fresco como lo fue el año pasado Fabio Quartararo; pero con una serie de valores añadidos.
Para empezar, Brad Binder tiene la vitola de ser campeón del mundo de Moto3; y ha ganado a la tercera (como Lorenzo) y sin haberse rendido tras los problemas en el arranque de la temporada en Jerez. Además, es un piloto oficial de fábrica, de una marca europea apoyada por un patrocinador de referencia mundial.
Para seguir (y por supuesto) es un triunfo de equipo. Pero de todo el equipo humano de KTM, digo: desde la gente que trabaja a destajo en esa localidad austríaca que siempre tengo que mirar para escribir bien (Mattighofen) hasta el último mecánico vestido de naranja en el paddock.
Pero yo quiero dedicar un brindis especial por Dani Pedrosa. Ya lo hice, de hecho, nada más acabar la carrera en un tuit que va camino de las veinte mil impresiones en redes sociales. Y como entonces, digo ahora: no me retuerzan el titular con juicios de valor injustos, por favor. Déjense los berrinches de piel fina para los virus importantes: yo solamente doy alergia.
Si digo todo esto es porque fue el propio Brad Binder el primero en alabar la labor de Pedrosa nada más subirse a esta moto. Y es que lo que hemos vivido en el impresentable (por asfalto) circuito de Brno el domingo pasado es Historia con mayúsculas y agua fresca para MotoGP, sí; pero la mano de un veterano como Dani está detrás de todo esto.
Dani Pedrosa fue forzado (por activa, por pasiva y por perifrástica) a tomar la decisión de su temprana retirada hasta el punto de pretender su completa desaparición del paddock. No bastaba con echarle de HRC: le querían en su casa. Pero no contaron con que aún había piloto dentro del pequeño samurái y subestimaron la inteligencia de Pit Beirer, el capo de KTM; que ve a Honda como un enemigo natural.
Fichando a Dani, Mattighofen (he teido que volver a mirar) no se llevaba a un buen probador; sino que se llevaba a su casa a otro especialista del ala dorada (ya ficharon a Leitner) pero en versión piloto. Y Pedrosa hizo su trabajo, al más puro estilo de Lauda en la Fórmula1, cuando llegó a Maranello y le dijo al mismísimo Enzo Ferrari que con aquel hierro de coche jamás ganarían el título.
Dani Pedrosa es el alma de la buena dirección que ha tomado KTM en el último año. No es casualidad, como señala Manolo Fernández en MRN, que sea la única V4 sin problemas con los nuevos Michelin o que sus suspensiones WP específicas estén dando un aplomo y estabilidad proverbiales a una moto que antes era mucho más crítica.
Todo empezó con el chasis de acero. Tal y como estaba, siendo fieles al cien por cien a la filosofía KTM, no iban a ningún lado. Y fue Dani quien se lo dijo a Beirer. Porque la talegada que le pagan es para decir la verdad y conseguir resultados; no para andar haciendo relaciones públicas por el paddock.
Y Pit le hizo caso. Encontraron un compromiso y ahora tienen lo mejor de dos mundos: la rigidez que toda MotoGP necesita con la posibilidad de retocar y reajustar ese acero a demanda. Pero no todo es técnica dentro de la cabeza del piloto más técnico de todos los tiempos…
La labor intangible de Dani Pedrosa reside en los consejos impagables que le da a un novato humilde y talentoso, con toda su vida deportiva por delante para triunfar, como es Brad Binder. Ahí reside la aportación que se merece este “Gracias Dani” que está en el corazón de los currantes de KTM. Y todo ese paddock que ahora Pedrosa pisa menos lo sabe. Eso; y que seguirá aportando muchas cosas más, en el futuro.
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