Fallece Ada Amelia Carrera y no podemos más que brindarle un merecido homenaje a esa incansable mujer que nos hizo vivir su pasión por el motociclismo.
Por Michelle Rivalcoba
Algunas cosas no son para mujeres… ¿Quién lo dice? Ada Amelia Carrera, fundadora de la Asociación Femenil de Motociclismo, nos demostró que rodando se puede llegar a cualquier lugar; incluso a las estrellas.
Aficionada a la astronomía, actriz de fotonovelas, coleccionista de mariposas, fósiles y plumas de aves; pero sobre todo mujer fiel a su pasión por las máquinas, se convirtió en ejemplo de tenacidad, que sin duda, seguiremos recordando hasta el final de los días.
Una pasión que no fue un accidente, sino el destino mismo
Mujer que exaltaba por su belleza, simpatía y audacia en los caminos, siempre rebelde… ¡Así era Ada Amelia Carrera!
Eso era destino puro, algo especial tenía que hacer en el mundo motero y lo hizo. Antes de convertirse en jinete de las dos ruedas, Ada trabajaba en una tienda en el centro de la Ciudad de México, en aquel entonces Distrito Federal. Un día el hijo de su jefe la llevó a dar una vuelta en moto. Entonces supo que era lo suyo. Ese rugir del motor, el viento en la cara, el sentir, ¡el tan solo sentir, esa era ella!
“Los hombres llevaban botas y chamarras de cuero como en la película de Marlon Brando “El Salvaje”. Las muchachas vestíamos chamarras de distintos colores y mascadas para la cabeza. Yo traía botas, guantes color lila y una mascada de color rojo”, comentaba siempre al preguntarle sobre aquellos días dorados de sus primeras rodadas. Pero eso tan solo era el principio.
Amor verdadero a las dos ruedas
Fallece Ada Amelia Carrera y sus palabras se nos vienen a la mente, “Nunca me puse a sentir que yo era pionera, era una cosa natural. No me consideré sobresaliente, yo me consideré una corredora, una mujer, una mamá, una esposa; no algo especial”, ¡pero claro que lo era!, era algo más que especial.
Nombrada la mujer del año en el 2012 por la Cámara Nacional de la Mujer, Ada junto con amigas, fundó la Asociación Femenil de Motociclismo.
“Me corrieron del Moto Club México por protestar. No me dejaron entrar a un lugar que era para hombres. Le di una cachetada al Capitán de Carretera, me pasaron a la Mesa de Honor y de Justicia y me corrieron junto con todas las mujeres. Me fui al Motoclub Independiente.
Ahí conocí a mi marido y participé con él en la Federación Mexicana de Motociclismo, en donde obtuve el reconocimiento de la Confederación Deportiva Mexicana por el Campeonato Nacional de 1972 en un óvalo”, recordaba mientras sonreía en cada entrevista.
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