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0 El jueves, Marc Márquez llegó al Anillo de Sajonia diciendo que un quinto puesto en el Gran Premio de Alemania sería como una victoria. Pero no decía la verdad.
El viernes por la mañana quedó primero en el libre uno para taparse en el libre dos y entonces lo vi claro: sería podio o grava. Me quedé corto.
El sábado se espabilaron sus rivales y se quedó en medio de la segunda fila para la carrera del domingo. Pero ése domingo, este, pasó una cosa que le dio el empujón final.
Atentos a las claves del Lacave como le gusta decir a Nico Abad: a las 11 de la mañana, un tal Pedro Acosta ganó en Moto3. Y el himno de Marc en MotoGP (la Marcha Real) sonó en su honor.
No se asusten demasiado, parroquia: en un domingo de carreras en el que todo son crónicas previsibles, leer una boutade con una copa de cognac al lado (aprovechando que el 50 de mayo ha refrescado el ambiente) no es mal plan, al fin y al cabo.
Escribí hace quince días que Marc estaba mejor de lo que parecía. Sobre todo: mejor que Honda. Y que había que tener “paciencia; y a barajar” de cara a 2022. Poco ha cambiado.
Poco pero grande: volver a ganar en MotoGP. Vale; aunque no puedo dejar de sacar el agua fría: el próximo fin de semana, antes del parón de julio, llega Assen y la realidad; al de Cervera y a HRC.
Marc Márquez sabía que, después de tres ceros seguidos, era importante acabar en Sachsenring. Sin embargo, a lo largo del viernes y del sábado, vio que era posible acabar delante.
Y después de un discreto Warm Up, el domingo se estrenó con la vuelta a la victoria del gallo sobre el que ya ha puesto el ojo Marc: Pedro Acosta.
El de Cervera sabe que el de Mazarrón estará en Moto2 el año que viene; y quién sabe si en MotoGP el siguiente. Sabe que es “uno de los nuestros” en el exclusivo club de Nieto, Rossi y el propio Marc.
Después del fiasco de Raúl Fernández en Moto2, Marc sabía que, si él no ganaba, el protagonista español del Gran premio de Alemania en los telediarios sería un muchacho de Moto3. Y eso le dio el empujón final.
Locura de “Producciones Lacave” pero espero que divertida de leer y, en cualquier caso, inofensiva: Marc Márquez encontró en la victoria de Pedro Acosta gasolina extra para conquistar la suya propia.
Las comparaciones y las etiquetas, las especulaciones o sus estadísticas; todo lo que sea buscar el paralelismo entre estos dos pilotos, ya es un hecho inevitable. En mi caso, y en este análisis disruptivo (ya me echará la bronca Máximo Sant mañana en YouTube) sólo pretendo que sea, además, entretenido.
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