En España tenemos ya más de cinco millones y medio de motos (y ciclomotores) matriculados. Es un “parque” que en los últimos años ha aumentado a mayor ritmo que el de otros vehículos: en 2019 por ejemplo subió un 34 por ciento cuando el de coches lo hizo un 21 por ciento en comparación. Las motos cada vez están más presentes en las calles y carreteras, aunque su edad media también sigue subiendo y es de las más altas de Europa: 16,4 años nada menos tienen, de media. De todas las matriculadas, sin embargo, solamente un 58 por ciento de motos y un 42 por ciento de ciclomotores cumplen con la obligación de pasar la Inspección técnica de Vehículos. Sí, en torno a ¡la mitad! no tiene la ITV en regla.
Accidentes de moto y la ITV
El dato de las pocas motos con la ITV en vigor es preocupante pero las estadísticas que relacionan eso, su edad y los accidentes, confirman ese temor. De los que tuvieron un accidente grave, un 16 por ciento de ciclomotores, 11 por ciento de motos hasta 125cc y un 8 por ciento de motos de superior cilindrada, no la tenían. En el caso de accidentes mortales, entre las motos que no tenían la ITV pasada existe una correlación con su antigüedad: a partir de un 8 por ciento desde 5 años y hasta un 12 por ciento con más de 25 años.
Aunque en la siniestralidad siempre hay más factores, combatir los accidentes que pueden estar provocados -o relacionados- con el estado del vehículo es uno de los objetivos claros de las ITV. En relación a cada mil vehículos del parque, la siniestralidad de las motos desde 2005 ha bajado mucho (más del 30 por ciento) pero en los últimos años se ha estancado, cuando en otros vehículo ha seguido descendiendo claramente. Por eso uno de los objetivos a nivel europeo es, además de que los usuarios estén concienciados (y formados), o de que las carreteras cumplan con las necesidades y exigencias para ser seguras, el objetivo es a la vez introducir motos nuevas cada vez más seguras pero que también las existentes no dejen de serlo.
La mayoría de las motos que van a la ITV, aprueban
Hemos visto que apenas la mitad de las motos y ciclomotores matriculados van a la ITV: un 42,5 por ciento de motos y 58,4 por ciento de ciclomotores, no cumplen con esa cita. Sin embargo, los que sí van “aprueban” por amplia mayoría: solamente un 3 por ciento son rechazadas. Un 78 por ciento pasan la ITV a la primera, y un 19 por ciento la pasan a la segunda (tras detectar algún fallo y volver). Por comparar, los coches que no van a la ITV eran en torno al 20 por ciento (“eran” porque tras la pandemia ha subido al 40 por ciento) y las furgonetas en torno al 43 por ciento.
¿Cuáles son los defectos más habituales? Pues el más frecuente en las motos es algún fallo en las luces (un 36 por ciento), seguido de algún defecto en carrocería o chasis (18 por ciento) o en las emisiones (12 por ciento). Los ciclomotores también fallan más en las luces (27 por ciento), carrocería o chasis (17 por ciento) y, atención, los frenos (11 por ciento). Entre los fallos de las luces, destaca el mal ajuste del faro principal (30 por ciento) pero se detectan bastantes casos de luces de posición, freno o intermitentes que no funcionan. Aparte de lo fácil que es comprobarlo antes de pasar la ITV, conviene recordar lo importante que es para que “te vean” llevar las luces en buen estado.
Entre los fallos del segundo tipo (carrocería y chasis), se encuentran los defectos de los espejos retrovisores (importantes para ver qué viene por detrás) y otros fallos como sujeciones inseguras o daños en el carenado. En cuanto al tercer grupo de defectos más habitual, en las motos (emisiones) suele ser el ruido: un 57 por ciento de las que no pasa supera el límite y margen establecido, y en menor medida hay un problema de emisiones. Entre los ciclomotores son fallos de frenos y un 77 por ciento de las que dieron falta lo tenía con el freno principal (algo de alto riesgo).
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