Movilizarse en moto durante el verano puede ser un dolor de cabeza. Soportar las altas temperaturas y las olas de calor no es cosa fácil. Por lo tanto, podemos llegar al punto de cuestionarnos si realmente necesitamos coger la motocicleta e ir por la ciudad, o simplemente deberíamos recurrir a otro medio de transporte.
No necesitamos entrar en un dilema y pasarla mal mientras manejamos. Vamos a hacer un repaso de algunos consejos que por muy obvios que parezcan ayudarán a superar este periodo sobre ruedas.
Usa ropa cómoda y ventilada
La imagen del motociclista con pantalón corto, camiseta de tirantes, gafas de sol y melena al viento es, sin duda, una opción interesante pero puede ser peligrosa. Tampoco pedimos que utilices ropa de cuero durante el verano, solo sustituye las prendas por algo más fresco pero con la adecuada protección.
Todo está en el equilibrio, afortunadamente hoy en día abunda el equipo técnico determinado para esta época. Además, estos no se limitan a prendas corporales, sino complementos como guantes o zapatillas que también ayudan a rebajar el sofoco.
Evita las zonas urbanas
Movilizarse por la ciudad puede ser tedioso y aún más cuando el sol está en lo más alto. Planifica las rutas alternativas, evitando sobre todo las grandes vías donde la aglomeración de vehículos y el calor que emiten se suman al que desprende el asfalto, sobretodo en las paradas en semáforos.
Lo recomendable es circular entre barrios, transitar por las calles más estrechas, que además suelen tener más sombras por la cercanía entre los edificios. Por otro lado, para aparcar la moto busca la sombra y cubre los asientos con una manta térmica. Son fáciles de doblar y guardar, así que no habrán complicaciones.
Regular la alimentación
En carretera debemos sustituir los alimentos grasos por comidas ligeras para evitar digestiones pesadas, y beber mucha agua. Además, es preciso reforzar nuestra alimentación porque la exposición excesiva a la luz solar puede provocar daños en la piel. Por lo tanto, nuestro cuerpo necesita los nutrientes necesarios para contrarrestar los efectos de la radiación.
Lo recomendable es aumentar la ingesta de alimentos con gran contenido en agua como las frutas y verduras. Por suerte la dieta mediterránea ofrece muchas alternativas frescas para el verano. Por ejemplo, la sandía contiene licopeno y está demostrado que este antioxidante reduce en un 40 % el riesgo de quemaduras solares; también lo encuentras en papayas y naranjas.
En los vegetales, las zanahorias contienen carotenos encargados de mejorar la apariencia de la piel dañada por el sol y reducen los efectos dañinos de los radicales; este antioxidante también lo encuentras en la calabaza, lechuga, acelgas y pimientos. Así que no hay excusa para no alimentarse bien y proteger tu organismo en el verano, así como las demás estaciones del año.
Average Rating