RodiBook 2021: vivimos el 10º aniversario de la ruta pirenaica

Si una idea es buena y se hace bien, es un éxito, y eso es exactamente lo que podemos decir de la RodiBook, que este 2021 cumplía diez años con cerca de mil participantes (limitado porque si no serían muchos más y dificultaría la organización). Se trata de una ruta en moto con recorrido secreto, que los participantes descubren a medida que la recorren siguiendo un Road Book: de ahí el nombre, también por la empresa que lo organiza Rodi Motor Services. Desde hace unos años además de la ruta “on road” hay una “off road” y en ambas diferentes niveles para que cada uno se sienta cómodo con el recorrido y su dificultad o longitud. Los días 3 y 4 de septiembre nos fuimos a Viella preparados para vivirla en directo a lomos de una estupenda KTM 1290 Super Adventure S…

RodiBook On Road Pro 2021

En mi caso la RodiBook empezó con un viaje en AVE desde Madrid para recoger la moto que sería mi compañera, y mejor amiga, durante los siguientes días. Una vez en marcha desde las (impresionantes) instalaciones de KTM España en Terrassa (Barcelona), donde recogí la 1290 S Super Adventure, empezó la aventura… mirando al cielo y esperando que el pronóstico meteorológico no se cumpliera y fuera a mejor. Ya te adelanto que (casi) fue así, y de las lluvias seguras y tormentas previstas nos quedamos con algún chaparrón que, la verdad, “casaba” con el ambiente pirenaico: genial.

Tras llega a Viella, cumplimos con el protocolo que además de agradecer los obsequios de los patrocinadores consistía sobre todo en recoger el Road Book que nos guiaría, e instalarlo en una caja al efecto (prestada en mi caso por la organización). Era mi primera vez con un Road Book, así que agradecí el “cursillo” de Fernando “Búfalo” Gil, quien además me animó a hacer el recorrido de prueba el mismo viernes por la tarde. Le hice caso (pese a la lluvia) y tuve un buen aperitivo de lo que me esperaba: hice poco más de 30 km en ¡una hora! por los alrededores y sin perderme… No lo sabíamos, pero el sábado nos esperaban 660 kilómetros y miles de curvas en la “RodiBook On Road Pro”, que se quedaban en unos 500 para los de la “Rookie” (que atajaba en varios puntos).

Lo que me gustaría de todas formas destacar fue ya desde el viernes el gran ambiente que se vivía en Viella. Pese a las mascarillas y a no podernos juntar demasiadas personas, el ambiente motero más sano estaba en el aire. Fue estupendo reencontrarse con algunos viejos amigos de la prensa, y se palpaban las ganas de que llegara el sábado, pese al madrugón para ponerse manos a la obra. La organización fue impecable, el aparcamiento y los accesos preparados para recibir muchas más de las casi mil motos (insisto limitadas voluntariamente), sobresaliente.

Muy bonito, sí, pero cuando el despertador suena antes de las 6 de la mañana… ¡en fin! Yo tenía libertad en la hora de salida, y decidí aprovechar esa ventaja para salir a una hora (para mí) más razonable, algo después de las 7, hora y pico más tarde que los primeros. Fue mi primer error del día, pero éste fue leve: cuanto más tarde sales, más motos vas a irte encontrando a un ritmo posiblemente más tranquilo…

Aprendiendo y descubriendo

Ése, el ritmo, fue mi segundo error: la RodiBook es sobre todo un evento no competitivo, porque aquí de verdad lo importante es participar, disfrutar, y acabar. Pero era mi primera vez, y yo cuando me pongo el casco, más si voy subido a algo tan eficaz como la KTM 1290 S Super Adventure… pues como diría mi amigo Mariano Urdín “lo divertido de montar en moto es adelantar a otros“. Enseguida perdí la cuenta de la cantidad de motos que fui pasando (siempre con mucho cuidado y dando las gracias o saludando) y antes de mediodía ya había recuperado esa hora y pico de desventaja. Pero mi antebrazo izquierdo, recién lesionado, ya empezaba a protestar.

La ruta (recuerda “sorpresa”) nos llevó desde Viella hacia Andorra pasando por varios puertos (¿varios? yo creo que ¡todos!) y una vez en Andorra, pues eso, puerto arriba puerto abajo. Íbamos pasando por todas las rutas ciclistas míticas, disfrutando de unos paisajes extraordinarios. Otro fallo de “tener prisas”: no dejarte llevar y parar cada poco a hacer alguna foto… Para que te hagas una idea de lo retorcido del recorrido, aún rodando a un ritmo alegre, cuando paré a repostar antes de abandonar Andorra (con la gasolina a 1’20 euros ¡como para no aprovechar!) y puse el parcial a cero, la KTM me informaba que había hecho dentro del Principado solamente 100 kilómetros ¡en dos horas en marcha!

Después de eso llegó un nuevo puerto pasada la Seu d’Urgell, y a partir de ahí sabía que la ruta nos llevaba hacia el Museu de la Moto en Basella, Lleida (que si no conoces ya estás tardando). Digo “sabía” porque esa bajada ya me pasó factura y decidí atajar de vuelta hacia Viella: sí, confieso que no completé la RodiBook Pro entera esta mi primera vez, aunque al final hice tantos kilómetros como la “Rookie” (que quizás hubiera sido “la mía”). Seguramente hubiera sido mejor tomárselo con más calma y aprender a disfrutar más cada metro de ruta: lección aprendida.

Confieso que cuando surgió el compromiso de ir a la RodiBook me pilló poco convencido: no entendía bien la “gracia” de eso de ir a hacer una ruta desconocida hasta que la fueras descubriendo, y sin haber usado nunca un Road Book pues tampoco me ilusionaba. Qué equivocado estaba: es muy divertido ir siguiendo un Road Book metiéndote por rutas que seguramente nunca pisarías, sorprendiéndote por la propia ruta, y disfrutando del paisaje. Y sobre todo del ambientazo con todo el mundo queriendo disfrutar y ayudar: si no lo has probado, hazlo y repetirás seguro.