Imagínate que una mañana sales de paseo con tu moto y te para la policía en cualquier carretera aleatoria para un control. No, no nos referimos a uno de alcoholemia (eso no sería nada novedoso) o de tus “papeles”, si no a un control para inspeccionar tu moto y comprobar que todo está en orden, técnicamente. Con énfasis, y sanciones duras, con en el tema que más les preocupa: el ruido.
Eso es lo que ocurre en Dinamarca desde el 1 de enero de este nuevo año 2022. Pese a que la Unión Europea quería establecer de forma obligatoria las inspecciones técnicas de vehículos a partir de 2022, al igual que Francia –donde no tendrán que pasar la ITV por lo menos hasta 2023– Dinamarca ha optado por hacer las cosas a su manera.
Sin ITV, pero con multas
Desde principios de año, en lugar de las inspecciones periódicas obligatorias, los daneses tendrán controles puntuales en su carreteras. Controles que pueden acarrear graves sanciones para aquellos que excedan los límites de ruido permitidos, pues será eso lo que más van a controlar y lo que más les preocupa.
A partir de ahora, las autoridades tienen la posibilidad de hacer revisiones del estado técnico de las motocicletas y medir el ruido emitidos por los escapes, ya que según informa el propio Ministerio de Transporte del país, el ruidos de las motocicletas allí es un problema conocido por todos. De hecho, muchos usuarios con un escape (original o no) lo modifican si tienen que pasar la revisión (ITV) y luego circulan con él sin dB killer, por ejemplo, de ahí el interés en hacer controles más directos.
Gracias a esta nueva normativa, las autoridades de transporte del país podrán comprobar si estos vehículos cumplen o no las condiciones técnicas y los requisitos de ruido según la antigüedad del vehículo y según el tipo de motocicleta. Aquellos que no cumplan con los límites establecidos se enfrentan a multas que van desde los 330 euros (en la primera infracción) hasta los 2.400 euros (en la sexta).
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