Todos tenemos muy claras las ventajas de las motos, pero también somos conscientes de sus desventajas. Como ventajas es bien conocida su agilidad, que permite desplazarse en el atascado tráfico urbano llegando siempre a tiempo y sin problemas de aparcamiento. También esa sensación de libertad, y las sensaciones de pilotaje cuando vamos por carreteras con curvas y disfrutando del paisaje.
Las desventajas tienen que ver con su falta de protección: desde el simple azote del viento (que puede ir acompañado de frío o lluvia) a la ausencia de elementos de seguridad pasiva en caso de pequeños incidentes (por ejemplo urbanos), o ya en caso de situaciones menos leves tanto en el ámbito urbano como fuera de él. Por eso es importante, de un lado, montar algunos accesorios según el uso que hagamos de la moto para protegerla y protegernos a nosotros, y también para eso último contar con equipamiento especializado. Y existe otra importante protección que no podemos descuidar, que es contratar un seguro de moto que nos cubra si tenemos alguna avería o percance.
Protecciones físicas y equipamiento
Para la moto lo primero que se puede montar y es muy recomendable son los ya populares “topes anticaída“. No es que eviten la caída, lo que evitan son los daños si se produce: incluso una tonta caída en parado por perder el equilibrio en algunas motos se puede convertir en una abultada factura de reparación. Y si no es en parado, el tope evitará que la abrasión se lleve por delante otras piezas también más críticas, incluso permitiendo seguir nuestro camino tras una caída sin otras consecuencias.
Además de los “topes” (tacos a la altura del motor o chasis) algunas motos también aceptan protecciones de bajos (cubre cárter) y laterales (barras), sobre todo cuando se destinan aunque sea eventualmente al campo (motos tipo trail). En ese ambiente es posible recibir golpes de piedras en marcha, o golpear un talud o piedra si pasamos muy justos, y no hace falta mucha mala suerte para que eso provoque una avería seria.
Luego están otro tipo de protecciones: las que hacen la vida más cómoda al piloto (y pasajero). Una pantalla para una moto naked sin carenado puede convertir una tortura de viaje con viento, en un paseo agradable. Unos paramanos pueden evitar golpes con ramas en el campo, o desviar el gélido viento de las mañanas de invierno.
Por último, pero no menos importante (muy al contrario), está el equipamiento del motorista, y da igual que sea piloto o pasajero (de hecho puede ser más importante para el pasajero, que en caso de accidente no lo verá venir). Además del imprescindible casco (única parte obligatoria… de momento) también nos parecen imprescindibles unos guantes apropiados al uso en moto, es decir, con protecciones para evitar golpe y abrasión en caso de caída, cuando inconscientemente pondremos la mano como defensa. A continuación estaría una buena chaqueta, que nos aísle del frío y la humedad en invierno (pilotar cómodo y caliente nos hace más seguros) y que incluya protecciones (certificadas para prendas de moto) en puntos expuestos en caso de caída: codos y hombros, más espalda. Aquí conviene distinguir las chaquetas que incluyen una espaldera “seria” de las que tienen un bolsillo para una espaldera blanda: a veces es mejor vestir una espaldera independiente y tenerlo en cuenta a la hora de elegir la talla de la chaqueta, para poderla llevar siempre. Las botas y un pantalón dedicado con protecciones también deberán estar en la lista de quien monte en moto si quiere estar seguro sin paliativos.
Más protección
Una vez que la moto cuenta con los accesorios necesarios para protegerla de una eventual caída, y también para hacernos la vida sobre ella más cómoda (y segura), y que también contamos con equipamiento adecuado, nos queda un último paso para completar el círculo de la protección, contratar un buen seguro de moto.
Un seguro de moto nos dará la tranquilidad final, sabiendo por ejemplo que en caso de una avería no nos quedaremos “tirados”. En moto estamos más expuestos y las averías más frecuentes que se detectan en los servicios de asistencia son por fallo de la batería (no arranca) o por pinchazo (las motos son inconducibles y muy inseguras si pinchan una rueda). Saber que con una llamada podremos tener el problema resuelto, es tranquilizador. Además, si somos motoristas noveles, un seguro de moto para jóvenes puede sacarnos de muchos apuros que pueden ocurrir fruto de la inexperiencia en carretera.
También es bueno saber que contamos con un seguro que responderá en caso de accidente. Recordemos que dos de cada tres siniestros de moto, con otro vehículo implicado, están causados por el otro, y por eso es necesario contar con alguien en quien podamos confiar para reclamar nuestros daños. Y si esos daños implican algún tipo de lesión, con más motivo convendrá contar con un buen seguro que responda y nos ayude en el proceso de recuperación. No siempre un seguro ideal es necesariamente caro: para descubrirlo basta calcular seguro de moto con tus datos.
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