Cada vez parece más claro que cada uno ve su realidad, de forma subjetiva y diferente a la de otros. No sé si has visto la película El Sexto Sentido, la obra que lanzó a la fama al director M. Night Shyamalan: en ella el niño de nueve años Cole Sear le dice a su madre “en ocasiones veo a gente muerta”… Pues en el tráfico, los conductores vemos las cosas de forma diferente según el vehículo que llevemos.
“No te he visto”, esta suele ser la frase lapidaria que más de uno de nosotros hemos oído después de que nos hayan echado un coche encima. Los datos recogidos por un estudio realizado por DocBike y la Universidad británica de Bournemouth, han puesto de manifiesto las raíces del problema. La primera entidad es una asociación sin ánimo de lucro, en la que doctores y paramédicos utilizan motos para atender a motociclistas que han sufrido un accidente. Además, DocBike trabaja a fondo para, en primer lugar, evitar los percances en los que se ven envueltos los vehículos de dos ruedas.
Automovilistas y motoristas ven la calle de manera diferente
La experta Shel Silva, de la Universidad de Bournemouth, ha investigado en detalle mucho accidentes de motos. Una de las conclusiones a las que ha llegado es que la atención visual de los motoristas y automovilistas es diferente, porque puede que “vean” cosas completamente distintas. A pesar de rodar por la misma carretera, el hecho de ir sobre dos o cuatro ruedas hace que la perspectiva sea otra. Por ejemplo, el cerebro detecta los objetos grandes (camiones) como una amenaza y no así los pequeños (motos), algo que podíamos intuir por cómo actúan algunos ante uno y otro vehículo.
En el estudio se llegó a la conclusión de que los automovilistas y los motociclistas tienen distintos patrones de atención visual. Ya que otro vehículo no presenta el mismo grado de amenaza para un coche que para una moto. Por otro lado, la identificación del riesgo en el caso del motorista cambia mucho en función de su experiencia.
En el proceso de aprendizaje a la hora de ir en moto habría que incidir más en los aspectos relacionados con cómo leer las condiciones de la carretera y estar atentos a los otros usuarios de la vía. Al conducir un coche el cerebro realiza un escaneo rápido de los alrededores y puede “no ver” objetos menores como una moto. Un detalle que siempre hay que tener en cuenta, en especial en las intersecciones.
Pese a que el cerebro es capaz de juzgar la velocidad de un objeto (coche) en el caso de la moto es más difícil debido a su menor tamaño. No es extraño que el automovilista piense que estamos más lejos y que vamos más despacio. Somos meros animales y desde hace miles de millones de años nos sentimos amenazados por los depredadores. El automovilista se cuidará del camión e ignorará a los vehículos de dos ruedas. Así que cada vez que cojas la moto no te olvides de una de las reglas de oro: eres invisible para ellos.
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