Australianos y neozelandeses tienen fama de ser gente aguerrida… Scott Wilkins, un piloto de la ciudad costera australiana de Tauranga, hizo historia al alcanzar con su Kawasaki Ninja H2R un velocidad récord de 364,5 km/h. La gesta se logró durante la prueba de velocidad organizada por la Landspeed New Zealand Association (Asociación de Velocidad Terrestre de Nueva Zelanda).
La prueba fue un gran éxito para la marca verde porque Kawasaki copó tres de las cinco primeras posiciones. Scott Wilkins alcanzó 364,5 km/h en un sentido. Para establecer un récord de velocidad hay que tener en cuenta los dos sentidos (correr en las dos direcciones para eliminar variables como el viento), así que el récord final quedó en 358,4 km/h de media. No solo había batido el récord de velocidad de Nueva Zelanda en moto, sino el récord absoluto de vehículos terrestres de aquel país.
A 364 km/h con una Kawasaki
Scott Wilkins y su equipo empezaron a trabajar en este proyecto en 2017. Realizaron cambios en la aerodinámica, electrónica, y en los neumáticos con el objetivo de volar bajo. Una vez superados los 330 km/h, la resistencia aerodinámica es tal que seguir aumentando la velocidad es un reto exponencial.
Para luchar por el récord se empleó un motor muy cabreado, diferente al utilizado en los modelos de serie ofrecidos por Kawasaki: Ninja H2R, H2 Carbon y H2. La marca verde declara 326 CV. Gracias a la ayuda del especialista Brett Roberts, el equipo de Scott Wilkins fue capaz de aumentar todavía más la potencia, hasta llegar a los 350 CV a la salida del cigüeñal. Lo que significa unos 303 CV a la rueda trasera en condiciones reales. Una cifra impresionante, en especial si pensamos que se trata de un motor que solo tiene 998 cc.
Mike Wilkins, el propietario y director del equipo, afirmó que dos factores fueron claves para alcanzar el objetivo: “En primer lugar, necesitábamos una moto que fuese capaz de aguantar ese aumento de potencia. Y, en segundo lugar, hacía falta un piloto que tuviera el valor y la habilidad para rodar a esa velocidad en una pista de cinco metros de ancho. ¿Quién mejor que mi hijo Scott? Estoy muy orgulloso de él”.
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