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El francés renovó con Yamaha y lo celebró ganando con autoridad un fin de semana en el que MotoGP certificó su crisis de audiencia.

Fabio Quartararo va a ganar MotoGP 2022. Renovará el título como ha renovado con Yamaha. Eso lo saben todos: Marc Márquez desde Rochester y Aleix Espargaró desde su box.

El líder de Aprilia celebró una vuelta antes el segundo puesto que le había ganado a pulso a Jorge Martín. Tardó en darse cuenta y aún pudo salvar un quinto puesto.

Líder, además, de casi todo el fin de semana; con récord de pista y pole el sábado. Y confundido con la torre luminosa que en Montmeló, su circuito de casa, cuenta la última vuelta como “0”.

Hasta Carmelo Ezpeleta se acercó a su esquina del box donde lloraba desconsolado. Imaginen que, en noviembre, pueda estar echando en falta el puñado de puntos que ha tirado hoy.

Jorge Martín se llevó el podio seguido de Zarco y se va a operar a Módena. Se pierde el test del lunes pero se marcha confiado en su futuro contrato con Ducati, cada vez más rojo.

La carrera de MotoGP comenzó con el strike de Nakagami, que se queda sin sanción. ¿Y el estudio de la telemetría? El japonés golpeó (y tiró) con su cabeza en la rueda de Pecco Bagnaia.

Y tiró también a Álex Rins: el que le etiquetó como el piloto más guarro de la parrilla. Un lance-trance de carrera, desde luego; pero algo digno de ser investigado con profundidad, también.

Y es que hubo muchas caídas: los dos Gresini entre otros muchos. Enea Bastianini, tercero en la general, se distancia a más de cincuenta puntos de Fabio.

Quedó atrás la polémica salida de Álex Márquez tras conmoción cerebral en su caída del sábado: no debería haber salido según los protocolos de la FIM. Pero lo hizo (último) y remontó de manera espectacular.

Qué hace Andrea Dovizioso en MotoGP, se pregunta la parroquia. Muy sencillo: cobrar su última ficha y ver cómo el circo se desinfla comparado a otros años dorados; y pasados.

Como en Mugello, el bajón en las tribunas de Montmeló fue muy representativo de la situación del campeonato, en plena era post Rossi y con Marc fuera de combate.

Es verdad que Fabio Quartararo llenó Le Mans (y ha traído aficionados franceses a Barcelona) pero la entrada de récord del Gran Premio de Francia parece un espejismo, dos citas después.

El futuro, en lo que a nivel deportivo, de pilotos (sobre todo españoles) se refiere, está asegurado. No sólo vimos una gran carrera de Moto2, con Arón Canet acariciando la victoria.

En Moto3, además de la confirmación de Izan Guevara, asistimos a la eclosión de una nueva promesa: David Muñoz, sevillano; que hizo segundo en su segunda carrera mundialista. Y saliendo el 20.

En 15 días, Alemania. Y el último fin de semana de junio, Assen. Dos citas para seguir pulsando el seguimiento de MotoGP en la vieja Europa. Después, más de un mes sin carreras.

Julio en blanco, y hasta Silverstone, ya en agosto, sin MotoGP (sin Rossi, sin Marc…) en el inicio del verano. Demasiado parón: también para los pilotos.

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