Sin duda, el casco integral es el elemento más importante de protección para cualquier motociclista. De entre todos los modelos de casco, este es el que mayor nivel de protección ofrece al cubrir la cabeza en su totalidad. No obstante, no siempre usamos un modelo de casco recomendable y seguro, por lo que queremos ofrecerte estos consejos para que vayas en moto con las mayores garantías de seguridad.
Según un estudio de la DGT, las lesiones craneales graves se incrementan un 40% cuando no se lleva casco. Otro estudio llevado a cabo por el RACC estableció que en caso de colisión de una moto circulando a 35 Km/h contra un coche circulando a 30 Km/h el 95% de las veces se producían lesiones graves en motoristas sin casco, mientras que este porcentaje bajaba a un 20% en caso de motoristas que llevaban casco.
1.- No, el casco no es eterno. Deberías cambiarlo cada cierto tiempo.
Sin que podamos hablar como tal de una caducidad, sí podemos decir que nuestro casco integral no va a durarnos para siempre. Ten en cuenta que sus materiales, pese a ser muy resistentes, pueden sufrir alteraciones por el paso del tiempo o por accidentes leves que hayas podido tener.
Así pues, lo recomendable es que cambies de casco cada cinco años o en caso de haber tenido un accidente en el que el casco haya sufrido algún tipo de impacto. Por un lado, los materiales internos del casco se habrán deteriorado por el paso del tiempo y por el uso continuado; si además has sufrido algún accidente, aunque que no notes ningún impacto en el casco ni ninguna otra señal visible de deterioro, es más que probable que las fibras hayan sufrido micro fisuras que reducirán su capacidad de protección ante un futuro accidente.
2.- Un básico: el casco integral debe estar homologado.
Si tu casco está homologado quiere decir que cumple con los estándares de seguridad de la UE, según la normativa europea E-9-ECE R22-05. Los fabricantes de cascos con esta homologación deben someter a sus productos a duras pruebas de resistencia frente a impactos, temperaturas extremas, sustancias corrosivas, insonorización, etc. Si compras un casco que no esté certificado por la normativa UE no podrás saber si los estándares de calidad y protección son suficientemente seguros, así que comprueba siempre que tiene la etiqueta CE.
3.- Algo más básico todavía: ¡elige un casco que sea de tu talla y llévalo siempre con el cierre!
Elige la talla de casco adecuada para el tamaño de tu cabeza
En el 20% de los accidentes graves de moto el casco salió disparado, normalmente por ser de una talla incorrecta o por no llevarlo con el cierre de seguridad- esto último, sobre todo, en vías urbanas.
Es vital que el casco se acople perfectamente al tamaño de tu cabeza y que quede bien ajustado pero sin que te apriete demasiado. En la imagen puedes ver una tabla con las tallas y diámetro para que puedas elegir el más adecuado.
4.- El material de fabricación importa, y mucho.
Un casco integral de calidad debe estar fabricado con fibras como el kevlar, fibra de carbono o fibra de vidrio. Estos son los materiales que mejor nivel de protección ofrecen, además de ser ligeros. Es recomendable que el casco esté fabricado con alguno de estos materiales y que su peso sea inferior a 1,4 Kg, para ofrecer comodidad y reducir las lesiones por daño cerebral en caso de impacto. A mayor peso mayor probabilidad de accidente y daño.
Además, si el casco es de calidad también debe ofrecer una buena combinación de resistencia, insonorización y ventilación.
5.- Un diseño llamativo te hará más visible.
Utilizar un casco con colores vivos o materiales reflectantes incrementará notablemente tu visibilidad en carretera. Cuando elijas tu casco ten en cuenta estos elementos para mejorar tu visibilidad, junto con otros elementos como las bandas reflectantes de chaqueta y pantalones,
La inversión en un casco que combine estos factores adecuadamente es una inversión en tu salud.
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