El número 1001 de Venice Blvd. en California, sin duda debe ser uno de los sitios favoritos para muchos motociclistas que viven en California. Estamos hablando del The Emporium of postmodern activities, el cual alberga al Deus ex machina cafe.
Nació en Australia, pero como las pasiones, se ha ido expandiendo a Italia, Indonesia y Estados Unidos. Costas que invitan a trepar por sus olas. Carreteras que piden a gritos ser recorridas. Cuatro países, y la misma sensación de estar en pequeños-grandes templos.
Es una fábrica de entusiasmo con muchas partes móviles, y el Deus ex machina cafe es lo que mantiene a todos sin despegarse de su asiento, además de un oasis de actividad que ofrece un menú que se esfuerza por satisfacer a los paladares más exigentes.
Las puertas del Deus ex machina cafe abren desde las 7 am e invitan a adentrarse en una atmósfera diferente durante los siete días a la semana.
El espacio también contempla una galería de arte donde la celebración de eventos de la comunidad y cenas, se llevan a cabo en un ambiente inigualable rodeado de motocicletas modificadas, tablas de surf, muebles de diseño, ropa y accesorios que tienen que ver con el mundo Deus ex machina cafe.
El concepto de los asientos va desde el clásico tablón de madera, bancos de metal, hasta bloques y tablas altas en la barra, proporcionando un espacio perfecto para reunirse con amigos para comer o disfrutar de un café por la mañana. El menú es simple pero muy sabroso, paninis, ensaladas, variedad de pasteles y fruta fresca.
Por encima de todo, Deus Café se esfuerza por lograr algo que muy pocos hacen -servir un producto de calidad con una experiencia también de calidad, lo cual es un reflejo de la comunidad que sigue este estilo de vida.
Las dos ruedas son el corazón de la filosofía de esta especie de tienda, taller y meca de apasionados. Pero también hay tablas de surf de diseño que quitan el aire y lo devuelven arriba de las olas.
Para los amantes de las motocicletas, Deux Ex Machina crea piezas exquisitas en concepción, construcción y personalización. No sólo se trata de máquinas, sino de una extensión de su conductor.
Por eso cuando las diseñan piden a sus clientes que les muestren esos objetos de deseo particular. La inspiración puede venir de un reloj o un paisaje, tal vez hasta un tatuaje o un frase de esas que se quedan caladas en la mente. domador.
Date una vuelta cuando vayas a California y estés aburrido de ir a los clásicos recorridos turísticos de la ciudad, no te vas a arrepentir.
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