Mucho hay que hablar de la forma correcta de frenar una moto, la polémica al rededor de ello puede extenderse tanto como se nos antoje, e incluso ya hemos sacado otros artículos donde planteamos este mismo tema y damos algunas sugerencias. Con esta nota no pretendemos más que brindar información que sirva de herramienta para que en el momento que necesites tomar ciertas decisiones cuentes con ella y el resultado sea el más positivo.
Para empezar existen algunos factores importantes que influye bastante en el resultado final a la hora de frenar una moto.
Lo primero es verificar el buen estado de las llantas y el sistema de frenado. Si deseamos una buena respuesta de nuestro sistema de frenada las llantas deben encontrarse en buen estado y una adecuada presión, así como el resto de los elementos (discos, tambores, pastillas, bandas, cables, mangueras, líquido de frenos).
La experiencia sin duda es uno de los factores de mayor influencia y eso es algo que solo con el tiempo vamos adquiriendo, sobre todo cuando se trata de frenar una moto, pero la mejor manera de hacerlo es observando, por supuesto todos sabemos que al ir conduciendo una moto toda nuestra atención debe estar puesta en ello y no solo a nuestros movimientos y decisiones, también hay que estar al pendiente de los de quienes están al rededor nuestro, con el tiempo un piloto adquiera la habilidad de anticipar por movimientos de los demás y por lo tanto predecir una frenada a tiempo.
También hay detalles que muchas veces no sabemos y que es importante, como que la respuesta tanto de las pastillas como de los neumáticos mismos no logran ser las ideales hasta después de llevar algo de tiempo en uso, por lo que es importante que un piloto considere este tipo de detalles antes de salir a rodar, o que puedes encontrarte con obstáculos tan simples como un pavimento mojado o la misma pintura de la señalética hecha a base de aceite que pueden hacer que pierdas el equilibrio.
Por otro lado también existen varias técnicas de frenar una moto, cada una de ellas son adecuadas dependiendo de la la situación en la que te encuentres, te presentamos algunas de ellas, pero al final será tu pericia la que determine cual será la correcta.
Empecemos por la ya conocida como frenado de motor que consiste en precisamente usar el motor, reduciendo marchas, como retenedor, para disminuir la velocidad. Esto permitirá disminuir el esfuerzo sobre los frenos y reducir la velocidad de una manera gradual al acercarnos a un semáforo, intersección o antes de afrontar una curva en carretera. Aplica para los motores de 4 tiempos, ya que los de 2 tiempos tienen menor poder de retención.
Frenado de Mano y pie. Es casi por instinto que un piloto siembre lleva un par e dedos en la maneta de freno y el pie sobre el pedal de freno trasero, en alerta para entrar en acción cuando sea necesario. Esto es muy importante porque aunque parece mínimo, la milésima de segundos que ganemos en un frenado inesperado puede cambiar totalmente el resultado final. Esta posición aplica sobre todo si nos encontramos en una situación de potencial peligro.
Es importante saber que el freno principal en la moto es el delantero, que es el que realmente detiene la moto. El trasero es un complemento y ayuda para estabilizar la moto. Sin embargo cada uno de los frenos tiene su papel y lo ideal en toda situación es usar los dos al mismo tiempo. Si usamos solo el delantero corremos el riesgo de que la moto se «clave», en el peor de los casos, salgamos disparados por el frente o bloqueemos la rueda, perdiendo adherencia y se produzca una caída.
Por su parte, si al frenar una moto usamos solo el freno trasero necesitaremos mucha más distancia para frenar y, en situaciones extremas, la moto dará coletazos de atrás corriendo el riesgo de que se nos desestabilice ocasionando la caída. Se sugiere frenar levemente con el freno trasero instantes antes de accionar el freno delantero, de este modo la parte trasera de la moto bajara ligeramente evitando que el peso se desplace demasiado hacia el tren delantero ayudando a conseguir una frenada más equilibrada. La acción de frenar debe hacerse con suavidad y progresivamente es lo ideal, pero seguramente en algún punto nos encontraremos con la necesidad de frenar con determinación en caso de una situación emergente.
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