Si quieres que tu moto luzca como el primer día, desde AMV Seguros te recomendamos que establezcas unas rutinas de limpieza básicas, para que esté siempre como nueva.
Te aconsejamos que al menos una vez al mes, dediques algún tiempo a limpiar tu moto, aunque si has hecho algún viaje o si ha habido mal tiempo, es recomendable que la limpies con mayor frecuencia, para que no se acumule demasiada suciedad. Además si mantienes tu moto impoluta te será más fácil descubrir desperfectos que te permitan arreglar tu moto o comprar el recambio que necesites.
La limpieza de la moto se puede estructurar en los siguientes pasos:
– Lavado: Prepara un cubo con agua templada y añade jabón neutro. Coge una esponja suave y frota todas las superficies de tu moto. Si la moto está muy sucia, recuerda cambiar de vez en cuando el agua del cubo y añade jabón. De esta forma evitaremos volver a ensuciar la moto. Para limpiar las llantas, puedes utilizar un jabón desengrasante y una esponja más dura. Una vez que hayas enjabonado la moto, aclara para retirar toda la espuma y jabón acumulados.
– Secado: Una vez aclarada, coge un paño seco, preferiblemente de algogón, para que no suelte pelusas. Pasa el paño por todas las superficies para secar adecuadamente la moto. Utiliza el trapo para limpiar los pequeños huecos, los botones, etc. Te recomendamos repasar el asiento, las manetas y el manillar con un producto multiusos/multisuperficies.
– Encerado: Una vez que hayas secado y repasado los pequeños recovecos de la moto, da cera al carenado de la moto y a las llantas.
¡Sigue estos sencillos consejos AMV y tu moto quedará como nueva!
Para complementar esta información te recomendamos que leas nuestro consejo sobre la limpieza y mantenimiento del casco.
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