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0 Desde hace ya cinco años hoy, 20 de marzo, viene siendo el Día Mundial de la Felicidad. La curiosa historia de esta joven celebración nace en Bután, un país que no llega al millón de habitantes y considerado uno de los más pequeños del mundo por ello.
Día Mundial de la Felicidad: cómo surgió
Hace cuarenta años, el actual Rey Dragón de Bután (entonces adolescente) decidió cambiar el sistema en el que se basaba su gobierno; pasaría de tener como referencia el Producto Interior Bruto a la Felicidad Nacional Bruta. El principio fundamental de esta nueva filosofía era darle prioridad a la felicidad de los súbditos del reino.
Actualmente la FNB ha evolucionado hasta servir como un indicador del nivel de vida para complementar al PIB. Este balance se calcula en base a una serie de variables: el Gobierno, la cultura, el empleo del tiempo, la educación, la vitalidad de la comunidad, el bienestar psicológico, la salud, la diversidad medioambiental y el nivel de vida. Tras ver que contaba con la aprobación de sus súbditos, el soberano procedió a implementar esta nueva política. Así nació el Día Mundial de la Felicidad.
¿Qué es la felicidad?
¿Y a qué podemos asociar este día? Nosotros nos quedamos con la sensación de ir en moto.
Al conducir una moto, te sientes inmensamente libre ¿verdad? No estás cubierto por un techo, encerrado entre puertas, ni sentado como lo estarías en una oficina, y lo único que vas a notar en tu contra es el viento en la cara. Al arrancar el motor y acelerar, ¿no te sientes la envidia de la carretera? Sin duda ir en moto te aporta una experiencia que, de principio a fin, no se sustituye fácilmente, y los moteros lo saben mejor que nadie.
Cualquiera de ellos se ha olvidado de lo que significa que un atasco te amargue el día entero. Poder pasar sin problema entre filas de coches parados y dar gracias por no estar en su lugar casi podemos considerarlo un privilegio.
O viajar a otro país y conocer a otros moteros en cualquier lugar, en algunos casos creando una nueva amistad con alguien del que basta únicamente que comparta tu amor por las motos, eso sí es felicidad.
Algunos dicen que coger las curvas con tu moto es lo más parecido a bailar en la carretera. Inclinarte suavemente dejándote llevar y a la vez tener el control. Y a la hora de viajar en pareja, no importa tanto el camino que vayas a coger como la compañía. Basta con un ligero toque del freno para acercaros como si de un abrazo se tratase. ¿A quién no iba a gustarle?
Quizás si un motero te cuenta esto te quedes extrañado. Entonces acuérdate de que es lo que celebramos en el Día Mundial de la Felicidad lo que les hace ver esta experiencia de manera tan realizadora.
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